sábado, 22 de abril de 2023

Jerzy Skolimowski. Señas de identidad


Antes de la invasión alemana de Polonia, su padre se dedicaba a la arquitectura, pero la nueva situación obligó a dejar los diseños y a formar parte activa de la resistencia, en la que luchó hasta que fue apresado (y ejecutado) por los nazis. Durante el conflicto, su madre tampoco se quedó quieta y ocultó a una familia judía. Son dos ejemplos que calarían en el pequeño Jerzy, cuya infancia vivía el devenir histórico que unos pocos habían decidido para él y para tantas decenas de millones más. Por entonces, no había fuga posible de la tempestad nazi; pero sí pudo escapar de las peores consecuencias de los bombarderos aéreos (fue rescatado bajo los escombros). Los primeros años en la vida de Jerzy Skolimowski, como la de tantos polacos (y no polacos) que sufrieron en primera persona la Segunda Guerra Mundial, son inenarrables. Con esto quiero decir, que por mucho que se narren o se filmen es difícil captar el momento: el horror, la tensión, los miedos, las heroicidades y las villanías y el resto de lo vivido y sentido, que podrían dar una idea aproximada del panorama existencial, humano, criminal e histórico imposible de transmitir en su complejidad, y en su realidad experimentada, a las generaciones que, para su fortuna, no lo sufrieron. La infancia y la juventud de Skolimowski se encuentran marcadas por el nacionalsocialismo alemán y el comunismo polaco. El primero, le afectó directamente de niño, durante la ocupación. El segundo, durante su formación, su periodo de poeta y en sus primeros pasos por el cine; también le dio un empujón hacia el exilio tras ¡Arriba las manos! (Rece do Gory, 1967), película que no recuperaría hasta 1980.

Avanzada la contienda, el ejército soviético liberó Polonia de las tropas alemanas; lo que implicó la liberación, quizá una diferente a la esperada por muchos, puesto que no tardó en descubrirse que liberación no era sinónimo de libertad. Como en otros países del este europeo, Polonia se vio envuelta en un enfrentamiento interno por el poder; el suyo, entre el nacionalismo católico y el comunismo. Esta lucha asoma al final de la contienda mundial, como apunta Andrzej Wajda en Cenizas y diamantes (Popiol i diamant, 1958). Aprovecho para decir lo ya sabido: Wajda fue un cineasta clave en la generación posterior (la tercera de cineastas polacos), la de Roman Polanski, Krzysztof Zanussi y Skolimowski, como antes lo había sido Alexander Ford para la suya, la segunda, la de los Andrzej Munk, Wojciech Jerzy Has y Jerzy Kawalerowicz, los grandes renovadores del cine polaco. Finalmente, el comunismo se hizo con el control. Por entonces, el futuro director de El grito (The Shout, 1978) ya era un adolescente rebelde, pero no era rebelde por ser adolescente. Es decir, sí era uno más que se rebelaba contra el orden de los mayores —esa rebeldía adolescente es necesidad vital de la juventud en la búsqueda de su principio, de su afianzamiento y de su fin, que parece tan engañosamente lejano—, pero, además, lo rechazaba porque era consciente de ese orden impuesto intentaba limitar, incluso eliminar, las características individuales: la libertad de escoger quién ser; como si deseas ser cien distintos, uno cualquiera o ninguno. Polanski, por ejemplo, lo vio venir y salió rumbo a Reino Unido después de su primer largometraje: El cuchillo en el agua (Noz W Wodzie, 1962), cuyo guion había elaborado al lado de Skolimowski, quien ya había escrito el de Los brujos inocentes (Niewinni czarodzeije, Andrzej Wajda, 1960), en la que también actúo, interpretando a un boxeador. En su vida real, había boxeado y, como boxeador, también actúa en sus dos primeros largometrajes como director: Señas de identidad desconocidas (Rysopis, 1964) y El fácil triunfo (Walkower, 1965), dos películas  que junto La barrera (Barriera, 1966) forman una trilogía “rebelde” sobre la juventud polaca de la época.


Filmografía (largometrajes)

Señas de identidad desconocidas (Rysopis, 1964)

El fácil triunfo (Walkower, 1965)

La barrera (Bariera, 1966)

La partida (Le départ, 1967)

¡Arriba las manos! (Rece do gory, 1967)

Dialog 20-40-60 (1968) (episodio)

Las aventuras de Gerard (The Adventures of Gerard, 1970)

Deep End (1970)

El salto del tigre (King, Queen, Knave, 1972)

El grito (The Shout, 1978)

Trabajo clandestino (Moonlighting, 1982)

El éxito es la mejor venganza (Success Is the Best Revenge, 1984)

El buque faro (The Lightship, 1985)

El año de las lluvias torrenciales (Torrents os the Spring, 1988)

30 Door Key (1991)

Cuatro noches con Anna (Cztery noce z Anna, 2008)

Essential Killing (2010)

11 minut (2015)

Eo (2022)




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