jueves, 7 de julio de 2022

La línea de demarcación (1966)

Habría que hacer un aparte para explicar el adjetivo “libre” que acompaña a Francia durante la Segunda Guerra Mundial, pero Claude Chabrol no lo hace en La línea de demarcación (La ligne de démarcation, 1966), por lo que la Francia libre, que no asoma de manera física, sino como la meta de fugitivos del nazismo, parece realmente un lugar fuera de la influencia y del control nazi. El realizador de El carnicero (Le boucher, 1969) no pretende verismo en su acercamiento al pasado, sino valerse de la división en dos sectores, el ocupado y el libre, separados por un río, para acercarse a un pequeño pueblo de provincias (escenario que se repite a lo largo de la filmografía de Chabrol) y allí crear la atmósfera de encierro que le permite desarrollar la intriga que, desde los estereotipos, expone aspectos y personajes que podrían encontrarse en la Francia ocupada por los alemanes: confidentes, policía secreta, miembros de la resistencia, pilotos aliados derribados, el veterano de la Gran Guerra (1914-1918) o el vecino que se lucra engañando a las familias judías que posteriormente entrega a las autoridades alemanas. El desfile de personajes apunta que se trata de un film coral, pero Chabrol presta atención especial a la intimidad del matrimonio aristocrático que vuelve a reunirse, una vez liberado el marido de su cautiverio en un campo alemán. Pierre (Maurice Ronet), hecho prisionero tras la derrota del ejército francés, regresa a su hogar, en una pequeña villa de la Francia ocupada que delimita con la zona libre. Lo hace evidenciando una herida física (su cojera), aunque, cuando atraviesa la línea de demarcación, se muestra altivo y marcial, demostrando que no ha perdido su altivez de Conde. No obstante, es una pose. Poco después, en la intimidad que comparte con Mary (Jean Seberg), se le descubre en la derrota: ha perdido cualquier esperanza respecto al conflicto bélico, lo que supone una actitud contraria a la de Mary, que se entrega a la causa anti alemana. Aunque recién liberado de su cautiverio, se comprende que Pierre vive atrapado en la desilusión y el desencanto que le impiden volver a la lucha, a la que ella se entrega en la clandestinidad donde contacta con diversos personajes también atrapados al otro lado de línea que les separa de la libertad.



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