sábado, 28 de abril de 2018

Bloqueo (1938)


El cine realizado en España durante su conflicto civil se redujo a producciones de propaganda por parte de ambos bandos. Pero los intentos cinematográficos del gobierno republicano, de pedir auxilio e involucrar al resto de democracias internacionales, no surtieron el efecto deseado, incluso Sierra de Teruel (André Malraux, 1939) no pudo ser estrenada antes del fin del conflicto, y por razones obvias en España tampoco después. Quienes sí pudieron publicitar el llamamiento del gobierno legítimo fueron las cinematografías de las democracias que decidieron permanecer al margen. En su momento, los magnates de Hollywood no prestaron demasiada atención a la lucha que, entre 1936 y 1939, asoló a España porque <<producir películas con contenidos políticos en un mundo tan convulsionado como el de los 30 sólo les podía llevar a perder los necesarios dividendos que llegaban del mercado exterior.>> (1) The Last Train from Madrid (James P. Morgan, 1937), una producción Paramount, o Love under Fire (George Marshall, 1937), realizada en la 20th Century Fox, ambientaron sus tramas en la España de aquellos años, pero fueron el productor independiente Walter Wanger, el guionista John Howard Lawson y el cineasta alemán William Dieterle, quienes abordaron de forma directa el enfrentamiento armado e ideológico que no solo se producía en la península Ibérica. Como consecuencia de su oposición a los distintos totalitarismos, en Bloqueo (Blockade, 1938) Dieterle tomó partido e hizo suya la voz del protagonista masculino, cuya llamada a la acción concluye con la pregunta <<¿dónde está la conciencia de este mundo?>>. Superado por la emoción, Marco (Henry Fonda) dirige su mirada a la cámara (su conexión con el público) y cuestiona la pasividad internacional ante la amenaza que se cierne sobre la libertad de su presente, que nos ubica en España, aunque generaliza a todo el globo. Desde prácticamente su inicio, Bloqueo denuncia la pasividad internacional ante los hechos sufridos por gentes como Marco, su amigo Luis o las mujeres y los niños de Castelmare, que sufren el cerco anunciado en el título. En un primer instante, se expone el amor de Marco por el terruño, por una vida sencilla que no tarda en ser interrumpida por las explosiones que inicialmente no logra definir. Es la guerra y, como había dejado entrever, el muchacho asume suyo el <<no pasarán>>. Poco antes, también durante el prólogo, conocemos a Norma (Madeline Carroll), el personaje de mayor entidad de la trama, pues ella es la protagonista del aprendizaje y de la asimilación que marcará su posicionamiento en la lucha. Como apátrida, ella representa a todos los hombres y mujeres de las naciones dormidas, desconoce los hechos y, tras la muerte de su padre, se ve obligada a aceptar una misión de espionaje que la lleva a reencontrarse con Marco. Este reencuentro se expone cual melodrama romántico, pero el interés de los responsables del film recae en la paulatina comprensión de los hechos por parte de la heroína, su toma de conciencia, que provoca que reniegue de su condición de espía a la fuerza y, al igual que Marco, se decante por defender la libertad humana, erradicar el dolor y el hambre que descubre en las mujeres y los niños del pueblo cercado.



(1) Mirito Torreiro. Hollywood en guerra. Revista Nosferatu, núm. 7, octubre 1991

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