Después del éxito de crítica y de público obtenido con Drive (2011), Nicolas Winding Refn volvió a contar con Ryan Gosling para, de nuevo, adentrarse en el thriller psicológico, más que de acción, pues, al igual que en la precedente, en Solo Dios perdona (Only God Forgives, 2013) relega la acción a un plano secundario, en beneficio de los silencios que pretenden elocuencia. Sin embargo, su narrativa se aleja de la expuesta en su anterior película, para regresar a una más cercana a la que dio forma a Valhalla Rising (2009), en la que predomina lo experimental, el primitivismo de sus imágenes, la importancia del color en su fotografía y un montaje que juega con la realidad que se está contando; aunque existen modos más directos y fluidos de contar, el cineasta escoge uno que le permite darse prioridad (y buscar el aplauso de la crítica más pedante y elitista, la que a escribe sin que ella misma sea capaz de entenderse) sobre la trama, los temas y las ideas que pueda querer transmitir. El personaje de Gosling, Julian apenas articula palabra, pero al igual que otros antihéroes del cineasta danés, es un hombre marcado por sus experiencias, las cuales se descubrirán avanzado el metraje, cuando su madre (Kristin Scott Thomas) se presenta en Bangkog para reconocer el cadáver de su otro hijo, Billy, y cobrarse la venganza de su muerte. Esta madre, dominante y traicionera, fue el detonante que Julian huyese a Tailandia, donde se encarga de un club de kickboxing que les sirve de tapadera para un negocio de narcotráfico. En un primer momento se observa el local, allí pelean dos luchadores mientras Billy suministra droga a los clientes. Poco después se observa a este el un prostíbulo donde exige una menor y golpea al encargado. En ese instante se comprende que se trata de un individuo desequilibrado, cuestión que se reafirma con creces cuando viola y asesina a una joven. Este arranque sin concesiones abre la historia, que se pierde en su insistencia de exhibir que su creador tiene un estilo propio, reconocible, inimitable; y no se lo discuto, solo que por momentos me resulta cansino…
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