El bestseller El día del chacal, escrito por el especialista en novelas de suspense Frederick Forsyth y publicado en 1970, fue adaptado por el guionista Kenneth Ross para que Fred Zinnemann rodase un minucioso seguimiento de chacal (Edward Fox), un asesino a sueldo inteligente, escurridizo, metódico y despiadado, contratado por un grupo terrorista denominado OAS y formado por antiguos miembros del ejército francés que han prometido vengarse de De Gaulle por haber la independencia a Argelia. Chacal (The day of the jackal) se inicia con un atentado fallido contra el presidente de la República Francesa, error que convence al triunvirato que lidera a la OAS para contratar los servicios de un profesional a quien nadie conozca y a quien nadie pueda seguir sus movimientos. Chacal acepta el encargo a cambio de 500.000 $, con la condición de que la mitad se le ingrese por adelantado en una cuenta suiza; en ese preciso momento pondrá en marcha los preparativos de un plan que pretende realizar rompiendo cualquier contacto con quienes le han hecho el encargo, cuestión que los presentes en la reunión aceptan dada la magnitud del asunto que se proponen llevar a cabo. Sin embargo, el servicio de inteligencia francés mantiene una constante vigilancia sobre los líderes principales de un movimiento clandestino que pretenden destruir, descubriendo mediante métodos expeditivos la posible existencia de un hombre que podría utilizar el seudónimo de chacal. La información resulta imprecisa y se obtiene gracias la confesión, bajo tortura, del único enlace que sale de la casa donde se ocultan los altos cargos de la OAS, ese hombre no sabe nada, salvo que se ha celebrado una entrevista con un tipo al que apodan chacal. La lucha contra el reloj por parte de las fuerzas francesas, a las que se unen las británicas, resulta un rompecabezas complejo de difícil resolución. Mientras los agentes de seguridad de ambas naciones se vuelcan en una misión vital para la seguridad del presidente francés, chacal ultima importantes detalles como la fabricación de un rifle que pueda camuflar en las aduanas o conseguir documentos falsos necesarios para el éxito de una empresa en la que no duda en eliminar a quienes considera peligrosos para mantener su identidad en secreto. Fred Zinnemann rodó con efectividad y precisión un thriller tenso que enfrenta en un duelo de movimientos a las dos partes implicadas, centrándose en la lucha entre el tesón e inteligencia del inspector Claude Lebel (Michael Lonsdale) y el escurridizo y astuto asesino, quien a pesar de saber que ha sido descubierto no da marcha atrás en sus intenciones, y continúa con un plan que considera perfecto, pues ese imprevisto entraba dentro de sus cálculos, pero en el que se convierte en presa. Chacal siempre lleva la delantera porque antes de iniciar sus movimientos ha estudiado las posibilidades hasta el más mínimo detalle, por eso el inspector Lebel siempre llega tarde, consciente de que cada vez le queda menos tiempo para que se produzca el atentado, en una fecha que todavía no ha descubierto, pero que sabe tarde o temprano llegará.
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