lunes, 16 de enero de 2012

Vive como quieras (1938)


Salvo excepciones como 
Sucedió una noche (It Happened One Night, 1934) y Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace, 1944), las comedias más famosas dirigidas por Frank Capra resaltan los valores individuales como parte vital para alcanzar la realización tanto personal como social; esta característica permite que sus películas se mantengan vigentes a pesar del tiempo transcurrido desde que fueron rodadas, quizá porque giran en torno a circunstancias que afectan a cualquier ser humano, en cualquier momento y en cualquier lugar. Uno de los mejores ejemplos de este tipo de comedia se encuentra en Vive como quieras (You Can't Take It With You), un film que aboga por la vida en detrimento de la prisión que significa aferrarse a la falsa ilusión del poder y del dinero, la cual podría acarrear consecuencias negativas para aquél que sólo vive por y para ella. Sin embargo, éste no es el caso del abuelo Vanderhof (Lionel Barrymore), a quien se descubre viviendo una existencia que colma sus necesidades, aunque treinta y cinco años atrás también sería un hombre de negocios dominado por un trabajo que le había esclavizado y separado de cuanto le era realmente importante. Ese hecho del pasado ha marcado la vida presente de su familia, pues los Vanderhof habitan en un espacio donde cada uno realiza aquellas actividades que les permiten la vitalidad, alegría y cariño que se descubre en ellos. Sin embargo el equilibrio del hogar Vanderhof se encuentra amenazado por dos circunstancias muy diferentes: el afán de Anthony P.Kirby (Edward Arnold) por adueñarse del terreno sobre el que se levanta la vivienda de Vanderhof y el amor que comparten Alice (Jean Arthur), la nieta de éste, y Tony Kirby (James Stewart), el hijo de un magnate que no ve más allá de su ambición. Alice y Tony se han enamorado sin que nada pueda perturbar ese sentimiento que les convence de que su amor puede superar la diferencia social que no acepta la madre de Kirby (Mary Forbes), una mujer llena de prejuicios de clases que no considera a Alice la esposa apropiada para su retoño. Pero esta dama de la alta sociedad sabe que no debe oponerse abiertamente a los deseos de Tony, hecho que le obliga a utilizar una táctica más sutil que la del rechazo; su estrategia consiste en seguir el juego, porque cree que de ese modo Tony comprenderá el error que comete al querer casarse con Alice. La decisión de la señora Kirby, unida a la necesidad de Alice por demostrar que su familia es tan digna como cualquier otra, permite que ambos núcleos familiares se conozcan en una accidental reunión que Tony adelanta sin advertir a nadie, una buena intención que provocará una situación hilarante, pero decepcionante para su novia. Durante la velada la familia Vanderhof y quienes viven bajo su mismo techo (practicando la filosofía existencial del abuelo) chocarán de lleno con los padres de Tony, creándose un enredo divertido que acabará entre explosiones y con todos sus presentes entre rejas. El mensaje de Frank Capra, dejando a un lado la comedia y la alegría que reinan en Vive como quieras, sería su apuesta por las grandes cuestiones (que a menudo se dejan pasar por simples o pequeñas) que rodean a las personas y que sin darse cuenta se descuidan como lo hace el señor Kirby. Como consecuencia del enfrentamiento entre dos posturas tan radicales, se descubre en el abuelo a un hombre rico, no en un aspecto material, sino personal, pues es un hombre querido por su familia y rodeado de buenos amigos, un individuo que comprende sus verdaderas necesidades, similares a las que ha fomentado dentro de su hogar y las mismas que Anthony P.Kirby ha olvidado, sustituyéndolas por un constante afán de poder y de gloria. Así pues, Kirby y Vanderhof son dos individuos opuestos en apariencia, que no en necesidades; pero no es hasta que el primero se encuentra entre rejas, y el segundo le juzga empleando palabras duras y sinceras, cuando su mente empieza a reconocer la realidad en la que ha vivido hasta ese instante; una realidad que da origen a un nuevo pensamiento que crece imparable, sobre todo cuando Kirby descubre que Tony no desea seguir sus pasos, porque no quiere ser como él, y en el momento que Ramsey (H.B.Warner) irrumpe en su despacho. Además de ser una comedia, Vive como quieras es un cuento con moraleja, una historia que defiende la amistad, la familia y la realización de los sueños, porque al final si se prescinde de éstos sólo quedaría una soledad que no existe en el hogar de Vanderhof y sí en la vida de Kirby padre.

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