miércoles, 17 de agosto de 2022

Fernando Pessoa: “Me soy”


Expresar con la frase más sencilla posible el sentimiento, la emoción o la filosofía más compleja. En lo sencillo, ¿quién alcanza a definir su complejidad humana? Huir de lo cargante, del exceso de adornos que, como tales, suelen ser innecesarios y pueden desviar la atención del mensaje o hacerlo incomprensible. ¿Quien podría? Fernando Pessoa parece lograrlo en un fragmento de El libro del desasosiego, en el que dice que <<la gramática, definiendo el uso, establece divisiones legítimas y falsas>>.* El escritor continúa su razonamiento y afirma que la gramática <<divide, por ejemplo, los verbos en transitivos e intransitivos; sin embargo, el hombre que sabe bien decir tiene muchas veces que transformar un verbo transitivo en intransitivo para fotografiar lo que siente, y no para, como el común de los animales hombres, ver a oscuras>>. Por el momento, podría pensar o decir que el escritor lisboeta no está siendo sencillo en su exposición, pero nada más lejos de la realidad. Solo tengo que seguir leyendo para que las líneas salgan en defensa del poeta, quien, acertado y seguro de sí, afirma que <<Si quiero decir que existo, diré “Soy”. Si quiero decir que existo como alma separada, diré “Soy yo”. Pero si quiero decir que existo como entidad que a sí misma se dirige y forma, que ejerce ante sí misma la función divina de crearse, ¿cómo he de emplear el verbo “ser” sino convirtiéndolo súbitamente en transitivo? Y entonces, triunfalmente, antigramaticalmente supremo, diré “Me soy”. Habré expresado una filosofía en dos breves palabras. ¿No es esto preferible a no decir nada en cuarenta frases? ¿Qué más puede exigirse de la filosofía y de la dicción?>> Con una contestación afirmativa a la primera pregunta y sin respuesta a la segunda, solo me queda expresar mis simpatías por Fernando Pessoa y su Libro del desasosiego. Dos lujos para el pensamiento y la literatura, desde cualquier perspectiva humana y cultural, al ser el primero, de esos escritores que “Se son”, y su obra, de esos fenómenos literarios cuyas páginas no hacen sino reafirmar que sus autores son <<entidades que a sí mismas se dirigen y forman, que ejercen ante sí mismas la función divina de crearse>> y crear algo único allí donde antes solo había un espacio en blanco.



*El entrecomillado pertenece a Fernando Pessoa: Libro del desasosiego (traducción de Perfecto E. Cuadrado). Acantilado, Barcelona, 2013.


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