viernes, 2 de junio de 2023

Gernika (2016)


<<Más desde aquí, más tarde,

desde el punto de vista de esta tierra,

desde el suelo al que fluye el bien satánico,

se ve la gran batalla de Guernica.

¡Lid a priori, fuera de la cuenta,

lid en paz, lid de las almas débiles

contra los cuerpos débiles, lid en que el niño pega,

sin que le diga nadie que pegara,

bajo su atroz diptongo

y bajo su habilísimo pañal,

y en que la madre pega con su grito, con el dorso de una lagrima

y en el que el enfermo pega con su mal, con su pastilla y su hijo

y en que el anciano pega

con sus canas, sus siglos y su palo

y en que pega el presbítero con dios!

¡Tácitos defensores de Guernica!

¡Oh débiles!

¡Oh suaves ofendidos

que os eleváis, crecéis y llenáis de poderosos débiles el mundo!

En Madrid, Bilbao, en Santander,

los cementerios fueron bombardeados,

y los muertos inmortales,

de vigilantes huesos y hombro eterno, de las tumbas,

los muertos inmortales, de sentir, de ver, de oír

tan bajo el mal, tan muertos a los viles agresores,

reanudaron entonces sus penas inconclusas,

acabaron de llorar, acabaron

de sufrir, acabaron de vivir,

acabaron, en fin, de ser mortales!>> (1)

Los versos arriba escritos son el poeta peruano César Vallejo, de su poemario España, aparta de mí este cáliz en el que canta el dolor, la lucha y la irracionalidad de una tierra en la que la muerte parece haber ganado la partida a la vida. Vallejo recuerda Guernica, lo hizo de corazón, con palabras que le salían del alma. Como también salían las últimas que pronunció en su lecho de muerte, que pedían que le devolviesen a España. El cine también ha recordado aquel fatídico día 26 de abril de 1937: el cortometraje Guernica (Alain Resnais y Robert Hessens, 1951), Morir en Madrid (Mourir a Madrid, Frédéric Rossif, 1963) o Gernika (Koldo Serra, 2016), la cual, al contrario de las anteriores, es un film de ficción y, como tal, crea un drama bélico sin voz propia, construido a partir de situaciones vistas con anterioridad, pero situadas en en el contexto de la guerra civil, y que Serra (y sus guionistas) ubica en Bilbao (y alrededores) para centrarse en el romance de Henry (James D’Arcy), un periodista estadounidense venido a menos —ha perdido la fe en su profesión y en sí mismo—, y Teresa (Maria Valverde), la censora bilbaína y demócrata que le devuelve la ilusión. Alrededor de ellos giran Vasyl (Jack Davenport), un asesor soviético enamorado de Teresa y con un hermano en el gulag, a quien pretende salvar acusando de espía al periodista, a quien asume su rival, Márta (Ingrid García Jonsson), la intrépida fotógrafa de guerra a lo Gerda Taro, mítica reportera que fallecía ese mismo 1937 en Brunete (Madrid), y Marco (Álex García), el periodista portugués que colabora con los “facciosos”. Y sobre ellos, dos representantes de las potencias extranjeras que se enfrentan en España: el teniente coronel von Richthofen (Joachim Assboeck), comandante de la “Legión Cóndor”, y el cónsul soviético (Burn Gorman), en quien recae la función de principal villano. Sin salir de lo convencional y adaptándose a las exigencias de la época, es decir, a las de la imagen, Serra juega la baza del romance, del triángulo amoroso, y de una intriga forzada, para recrear los días previos al ataque aéreo a la localidad vizcaína y el bombardeo que se cobró numerosas vidas. Respecto al número, los historiadores no logran ponerse de acuerdo o no hay más acuerdo que situar el número de muertos entre los ciento veintiséis y los dos mil…


(1) Cesar Vallejo: Poemas en prosa. Poemas humanos. España, aparta de mí este cáliz (edición de Julio Vélez). Cátedra, Madrid, 1988.

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