miércoles, 21 de agosto de 2013

Mars Attacks! (1996)

Al inicio de Frankenweenie se descubre a un niño que muestra a sus padres una película que él mismo ha realizado, en ella se pueden observar características que retraen a un tipo de cine de cuando otro niño, Tim Burton, disfrutaba con la ciencia-ficción cinematográfica de serie B. Aquellas imágenes quedarían grabadas en los recuerdos del Burton adulto, como también permanecerían las producciones de terror de la década de 1930 o las realizadas posteriormente en la mítica Hammer. El cineasta nació hacia finales de los años cincuenta, cuando la Guerra Fría y el macarthismo formaban parte del día a día de la sociedad estadounidense, y los espectadores acudían a las salas donde se encontraban con excelentes muestras del género, como lo son La guerra de los mundos, El enigma de otro mundo, La humanidad en peligro o La tierra contra lo platillos volantes, además de Godzilla o Planeta prohibido. Las unas se decantaron por mostrar bestias amenazantes, otras decidieron surcar el espacio exterior y un buen puñado se dedicaron a resistir la amenaza extraterrestre, a menudo marciana, de tal modo que ver a hombrecillos verdes invadiendo el planeta se convirtió en una costumbre y en una metáfora del supuesto peligro comunista. En los años sesenta se produjo un cambio en el género, que empezó a asumir otras posibilidades, sin embargo a Tim Burton no le interesó homenajear a este último tipo de producciones, más serias y reflexivas, como sería el caso de 2001, Una odisea del espacio, sino a las de serie B que completaban las dobles sesiones proyectadas en las salas comerciales. La idea de llevar a cabo su defensa del planeta Tierra se confirmó cuando recordó la existencia de una serie de cromos, Mars Attacks, que circuló por los Estados Unidos durante unos pocos meses, allá por el año 1962. De aquéllas estampas el director de Ed Wood sacó el aspecto que tendrían sus extraterrestres, y así, después de llegar a un acuerdo con la Warner para que la productora adquiriese los derechos de la colección, se puso manos a la obra para dar forma a su película de marcianos de los años cincuenta, rodada con holgado presupuesto a mediados de los noventa con un elenco actoral plagado de rostros populares. Mars Attacks! se desarrolla en distintas ubicaciones geográficas: Washington, Las Vegas o la zona desértica donde aterrizan los extraterrestres que se presentan ante los humanos. Pero al contrario que en las películas que le sirvieron de referencia, Mars Attacks! no se toma en serio, ni a sí misma ni a la invasión de esos pequeños hombrecillos de Marte que llegan a la Tierra en naves similares a las vistas en La Tierra contra los platillos volantes; y al igual que sucede en dicho largometraje los invasores dicen venir en paz; aunque una cosa sería interpretar sus inteligibles palabras y otra muy distinta el observar su violento comportamiento, ya que utilizan su avanzado armamento a diestro y siniestro, destruyendo a todos y a todo aquello que se encuentra en su radio de acción. Por lo visto, estos visitantes no lo hacen para conquistar el planeta, más bien lo hacen para disfrutar y divertirse con el caos que provocan, como si se tratara de una broma con la que pasar el rato, aunque en realidad se trata de una invasión en toda regla. Por mucho que diga el general Becker (Rod Steiger) nada puede el ejército estadounidense contra la tecnología marciana, igual de inútil resulta el discurso del presidente Dale (Jack Nicholson) a pesar de que sus palabras llegan al corazón de los pequeños hombrecillos verdes, pues no logran cambiar la postura belicista de los marcianos. Solo las notas musicales que salen del viejo gramófono de la abuela Norris (Sylvia Sydney) resultan efectivas para frenar el ataque de estos alienígenas que beben directamente de aquel cine donde deambulaban científicos como el profesor Kessler (Pierce Brosnan), militares del estilo de general Becker o políticos como el presidente Dale, además del héroe que ignora serlo, y que en el caso de Mars Attacks! se descubre en la figura de Richie (Lukas Haas), un adolescente incomprendido por su familia, defensora a ultranza de un patriotismo satírico.

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