Con el paso del tiempo los efectos especiales han ido superando limitaciones impensables años atrás, olvidándose de miniaturas y maquetas, para centrarse en las múltiples opciones que ofrecen las nuevas tecnologías. Sin embargo, el encanto de los efectos especiales de Jasón y los Argonautas (Jason and the Argonauts) continúa vigente, ya que éste reside en la ilusión y el ingenio empleado por su creador. Por tal motivo no resulta extraño que se haga referencia a esta película por el trabajo realizado por Ray Harryhausen, maestro del stop-motion y responsable de los excelentes logros visuales que transportaron a los espectadores de la época al mundo mitológico por donde los héroes de la Argos surcan los mares en busca del vellocino de oro. De modo que a estas alturas no cabe la menor duda de que Jasón y los argonautas sea un clásico del cine fantástico, pero lo es más por la excelente labor de Harryhausen que por la dirección de Don Chaffey, resuelta de modo irregular, aunque sin llegar a mermar la simpatía que despierta una aventura plagada de numerosos peligros, que los héroes deben salvar durante la búsqueda que les enfrenta a terribles criaturas como Talos, la gigantesca estatua de bronce, o el ejército de esqueletos que surge de las entrañas de la tierra (la escena más recordada del film, en la que Harryhausen estuvo trabajando durante cinco meses). La idea de alcanzar fama y gloria convence a los argonautas para acompañar al joven Jasón (Todd Armstrong) en su viaje hacia el destino escogido por los caprichos de las deidades del Olimpo. Entre los héroes que lo acompañan se encuentran Peleo, Castor y Heracles (Hércules en la película), para sus compañeros el más fuerte y valiente, aunque en un momento puntual se muestra como el más torpe y el de menos luces, pues desoye las advertencias de su capitán cuando llegan a la isla de Talos para aprovisionarse. Además de héroes, semidioses, criaturas gigantescas y mitológicas, en Jasón y los argonautas (Jason and the Argonauts) se dan cita los dioses, caprichosos en sus manejos y en sus diversiones, capaces de jugar con la vida de los mortales para apartarse brevemente de su apatía, como hace Zeus (Niall MacGinnis) cuando pone en el trono de Tesalia a Pelias (Douglas Wilmer), un rey a quien ciega su ambición y a quien Jasón tendrá de derrocar como parte de su venganza, que no es sino el designio de la máxima deidad del Olimpo. Pero el mortal no ha caído en desgracia, ya que Hera (Honor Blackman) le ayuda en su fantástico viaje a través de mares en los que se encontrará con tierras extrañas, plagadas de seres amenazantes como las arpías, la Hidra o el monstruoso gigante de bronce que se despierta como consecuencia de la inconsciencia de Heracles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario