martes, 28 de mayo de 2024

Svletana Alexiévich y Voces de Chernóbil, crónicas del futuro

Svetlana Alexiévich, fotografiada por A.Savin

Cuarenta años antes de la catástrofe nuclear de Chernóbil, el periodista estadounidense John Hersey estaba trabajando en el reportaje que le había encargado el director ejecutivo de la revista The New Yorker. El resultado de aquella investigación periodística fue Hiroshima, en el que el autor recogió los testimonios de seis supervivientes del bombardeo que el 6 de agosto de 1945 arrasaba la ciudad e inauguraba la era atómica; más bien, la presentaba al mundo desde una perspectiva destructiva que dejaba claro que Estados Unidos poseía un arma bélica de destrucción masiva. Mas, por si hubiera dudas al respecto, tres días después, el 9 de agosto, la ciudad de Nagasaki fue el escenario escogido por la administración Truman para insistir en la presentación de su arsenal atómico. Con buen criterio, puesto que buscaba dar a conocer el lado más humano de aquel ataque que se justificó con la ambigua necesidad de acelerar la conclusión de la guerra para salvar vidas estadounidenses, Hersey se entrevistó con hombres y mujeres de diferente procedencia social, laboral e incluso nacional, pero con el común denominador de ser testigos, víctimas y supervivientes del bombardeo que significó la primera catástrofe atómica. La diversidad escogida y expuesta por el reportero resulta enriquecedora, pues el dar voz a diferentes vidas y experiencias amplía la perspectiva del momento y de sus consecuencias. Esa elección narrativa es la que decide Svletana Alexiévich para su popular Voces de Chernóbil (1997), cuyo mayor atractivo es precisamente la pluralidad hacia la que apunta y recoge su título (y que asoma y predomina en el resto de su obra literaria). Siendo exacto, la grandeza del texto reside en que, como el de Hersey, el de la autora bielorrusa vive en la diversidad de testimonios, de monólogos, de reflexiones y pensamientos que regresan a un instante para desvelar sus consecuencias humanas.

A lo largo de las páginas, Alexiévich cede la voz a hombres y mujeres que vivieron aquel momento que nadie esperaba, aunque entrase dentro de lo probable. Se había especulado con tal posibilidad; existían protocolos de seguridad, incluso el cine había expuesto la situación de una catástrofe nuclear en películas como El síndrome de China (The China Syndrome, James Bridges, 1979), pero ¿quién podría pensar que la probabilidad o la ficción acabasen siendo realidad? <<El 26 de abril de 1986, a la 1 h 23’ 58”, una serie de explosiones destruyeron el reactor y el edificio del cuarto bloque energético de la Central Eléctrica Atómica (CEA) de Chernóbil, situada cerca de la frontera bielorrusa. La catástrofe de Chernóbil se convirtió en el desastre tecnológico más grave del siglo XX>>. Así nos sitúa la autora en la Historia, pero las pequeñas historias de aquel instante solo pueden ser contadas por sus protagonistas, los que sobrevivieron. Tal como apunta Johan Renck en la adaptación televisiva Chernobyl (2018), aquella tarde del 26 de abril sería como otra cualquiera de la primavera de los últimos años; en el que un sistema, el soviético, vivía su colapso, aunque se negase a aceptarlo. La situación de la URSS afectaba a todos los ámbitos del sistema, también a la Central situada en Priopat (Ucrania), a pocos kilómetros de la frontera bielorrusa, que también se vio afectada por la primera catástrofe nuclear civil. A lo largo de las páginas, la escritora asume el rol de oyente. Es quien escucha las palabras y las emociones que fluyen de sus entrevistados, cuyas declaraciones van completando el rostro humano y el alcance de la catástrofe a lo largo del tiempo. De ese modo, la obra no sentencia, evidencia, trasmite voces, diversidad, dolores, culpas, soledades, perdidas, el cómo afectó y afecta a las vidas de quienes sufrieron aquel momento del que nadie sabía, ya que nunca se había producido un desastre semejante, salvo aquellos bombardeos que, al contrario que en Chernóbil, no fueron accidentales ni debidos a negligencias…




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