Tras su paso por la Paramount Pictures, donde fue el primer guionista que accedió a la dirección, Preston Sturges decidió proseguir su camino en solitario, y para ello cometió el error de asociarse con Howard Hughes para crear la California Pictures, una productora de la que el cineasta poseería el cuarenta y nueve por ciento de las acciones y el magnate el cincuenta y uno. Aunque Sturges se reservó el derecho a elegir sus proyectos, y la libertad creativa y presupuestaria para llevarlos a cabo, su primera y última producción para "su" empresa cinematográfica sufrió cortes y dos montajes ajenos a él, y de ese modo lo que iba a ser su independencia absoluta se convirtió en el principio del fin de la carrera de quien posiblemente fue el mejor director de comedias del primer lustro de la década de 1940. Tras barajar varias posibilidades, el realizador de Los viajes de Sullivan (Sullivan's Travels, 1941) se decantó por homenajear al slapstick silente, en particular al actor Harold Lloyd, uno de los grades mitos de la comedia muda, a quien convenció para que regresara a la pantalla después de un periodo de retiro que ya duraba nueve años. Como prueba de sus intenciones, Sturges inició El pecado de Harold Diddlebock (The Sin of Harold Diddlebock, 1947) con una secuencia de El estudiante novato (The Freshman, Fred Newmeyer y Sam Taylor, 1925) (comedia protagonizada por el propio Lloyd), que sirvió para introducir a un joven que triunfa en los terrenos de juego donde todo son felicitaciones y una oferta de empleo que acepta tras concluir sus estudios universitarios. Como se observa en el almanaque en el que se suceden las fotografías y los nombres de los presidentes de la nación, los años pasan hasta detenerse dos décadas después y volver la atención de la cámara sobre aquel antiguo ganador a quien se descubre en la misma mesa de trabajo donde se acomodó el primer día de su vida laboral. Esta situación confirma que las promesas de triunfo se esfumaron tiempo atrás, dejando paso a la monotonía presente de un individuo derrotado que no tarda en ser reclamado por quien le había ofrecido el puesto, y que le informa de su despido alegando como causa su estancamiento profesional.
domingo, 23 de marzo de 2014
El pecado de Harold Diddlebock (1947)
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