viernes, 30 de agosto de 2024

Tucídides y la guerra del Peloponeso


Estatua de Tucídides, en el exterior del Parlamento de Austria. Wikimedia Commons / Gerd Eichmann, CC BY-SA


Siglo V antes de nuestra era, dos hombres, Heródoto (484 a. C. - 425 a. C.) y Tucídides (460 a. C - 399 a. C.), se dedican a la historia. El primero se basa en el razonamiento, pero no descarta la imaginación ni el mito a la hora de abordar su Historia, la escribe y describe empleando un estilo poético, incluso fantasioso, mientras que el segundo, sabiéndose subjetivo, aspira a la objetividad de los hechos; a ellos se remite y a ellos se debe. Tucídides, militar ateniense, participa en la guerra entre Atenas y Esparta (431 a. C. - 404 a. C) y comprende que no hay ninguna fantasía que la justifique, ni dioses que, entre envidias, rivalidades, preferencias, seducciones, caprichos y juegos, empujen a la humanidad a la lucha entre las dos ciudades-estado más poderosas de la Antigua Grecia. Sabe que existen unas causas que llevan a las armas y que dichos motivos son humanos. La lucha por la supremacía en la península balcánica viene de lejos, aunque en el 445 (antes de nuestra era) espartanos, de origen dorio, y atenienses, de descendencia jónica, firman una tregua por tres décadas, pacto que los primeros rompen tras verse superada la amenaza persa. Sienten provocación y se ven amenazados por parte de Atenas, pues, en su afán expansionista, la potencia del Ática hostiga e interviene en ciudades afines a los espartanos, tales como Corintio, que no pueden tolerar que el imperialismo ateniense amenace sus intereses y haga peligrar su importancia política y comercial.

Escultura de Heródoto, Parlamento de Austria

El periodo de máximo esplendor ateniense se produce de la mano de Pericles (495 a. C. - 430 a. C.). Durante su mandato, Atenas vive su esplendor: el escultor Fidias (490 a. C. - 430 a. C.) se encarga de las obras del Partenón, los poetas Sófocles (495 a. C. - 406 a. C.) y Eurípides (484 a. C. - 406 a. C.) estrenan sus tragedias, Sócrates (470 a. C. - 399 a. C.) marca un punto y aparte en la historia de la filosofía sin escribir una sola línea para la posteridad… También es el tiempo de Tucídides, que pretende establecer las causas de este choque de titanes que deparó la guerra civil en Grecia y sus colonias, causas que son políticas, estratégicas, económicas y geográficas. Para el historiador ateniense no hay cabida para dioses y héroes homéricos, su historia se basa en el análisis riguroso, en la aportación de datos y de testimonios de los protagonistas del momento de estudio. Él mismo es testigo y protagonista, de ahí que, en su modo de mirar el pasado inmediato (y el presente), detalle cual crónica y logre un estudio pormenorizado de causas y efectos. Su perspectiva difiere de la de Heródoto, a quien se considera “padre” de la historia occidental, cuya Historia resulta más literaria que científica. Ambos autores nacen en la Grecia Antigua, Heródoto en la península de Anatolia y Tucídides en Atenas, con veinticuatro años de diferencia, pero solo uno de ellos pretende rigurosidad y prioriza el establecer las causas y describir los hechos empleando un método crítico-analítico. De modo que puede afirmarse que con Tucídides, y su La Historia de la Guerra del Peloponeso, guerra en la cual participó y que concluye con la toma de Siracusa (Sicilia) por parte de los lacedemonios, nace la historia crítica y el método del historiador que, con variaciones, continúa siendo el empleado por quienes le han seguido desde entonces…





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