domingo, 16 de enero de 2022

Imperio Argentina. Estrella del cine y de la canción popular


<<Mis primeros pasos en el cine fueron torpísimos. Aún en Buenos Aires, muy jovencita, me hicieron una prueba, en la que yo tenía que hacer un papelón dramático, a lo Francesca Bertini. “Dedícate a otra cosa. Esto no es lo tuyo” dijo el director. Luego, cuando vinimos a España, porque mi padre había enfermado y yo tenía ya aquí unos contratos, Benito Perojo me probó también para su Malvaloca. “Esta niña… que siga cantando. El cine es muy difícil, y no sirve” le dijo a mi padre. Y unos meses más tarde aparece en el teatro Romea, donde yo actuaba, muy maquillada y con postizos, para aparentar más edad, Florián Rey, que andaba buscando una protagonista adolescente para La hermana san Sulpicio. Yo iba por un pasillo del teatro, ya vestida de calle, y tropecé con él. “Niña, ¿dónde está el camerino de Imperio Argentina?” “Al fondo. Llame a la puerta que está dentro mi papá”. “Pero cómo, ¿tú eres…?” Al día siguiente me hizo una prueba en la terraza de su casa, donde vivía con su mujer, y enseguida llamó a mi padre para contratarme>>.1 Y en su debut, en La hermana San Sulpicio (Florián Rey, 1927), Imperio Argentina apuntaba a estrella de cine, la que logró ser a raíz del éxito de Melodía de arrabal (Louis J. Gasnier, 1933), en la que compartió protagonismo con el cantante Carlos Gardel. Con Rey, trabajó de manera continuada —Nobleza baturra (1935) y Morena Clara (1936), quizá sean los títulos comunes más recordados de la pareja— hasta que se separaron después del rodaje de Carmen la de Triana (1938). Tras la separación, solo volverían a trabajar juntos una vez más, en La cigarrera (1948). A sus éxitos en el cine, habría que unirle su prestigiosa carrera de cantante, siendo una de las máximas representantes de la copla y, como ella misma recordaba, la única mujer que grabó un dúo, Caminito campero, con el mítico Gardel. <<No era un hombre culto, y eso me fastidiaba. Yo considero que el artista tiene la obligación de cultivarse. Carlos era muy guapo, muy atractivo. Estuvo enamorado de mí, pero yo entonces era una jovencilla y mi verdadero amor era mi trabajo: cantar. Y cantar con él, todavía más. Me llamó para trabajar conmigo y yo, por supuesto, estaba feliz. Soy la única mujer que cantó con él, porque no le gustaba cantar con mujeres, aunque le fascinasen>>.2


La carrera cinematográfica de Imperio Argentina (Buenos Aires, 1910 - Benalmádena, Malaga, 2003) se prolongó durante seis décadas, desde 1927 hasta 1987, cuando interpreta en El polizón de Ulises (Javier Aguirre, 1987) el que sería su último papel para la gran pantalla; aunque el total de películas en las que participó no supera la treintena de títulos, entre los que se incluyen la doble versión de Carmen, que filmó en la Alemania nazi, o las versiones de películas Paramount rodadas en castellano, para el público hispanohablante, en los estudios Joinville-le-pont que la compañía hollywoodiense tenía en Francia. Se dice que fue la actriz Pastora Imperio quien empezó a llamarla La Petit Imperio, el apodo artístico por el que la cantante infantil fue conocida a partir de su debut, hasta que el dramaturgo Jacinto Benavente la “bautizó” Imperio Argentina, nombre con el que Magdalena Nile del Río pasaría a la historia del cine y de la canción popular española. Nacida en Argentina, de madre malagueña y padre gibraltareño, Magdalena pasó su infancia en Malaga hasta su regreso a tierras bonaerenses, donde debutó como niña prodigio en el mundo de la canción. Descubierta para el cine por Florián Rey, que le dio el protagonismo en La hermana san Sulpicio (1927), ambos rodarían una nueva versión en 1934, el mismo año en el que contrajeron matrimonio; más adelante, en 1952, Luis Lucia realizaría otra con Carmen Sevilla de protagonista. El director de La aldea maldita (1929) fue su descubridor cinematográfico, su “Pigmalión” en el cine y su primer marido, de quien se separó durante su estancia en Alemania, a donde habían acudido para el rodaje de una película sobre Lola Montes, aunque, al final, allí rodaron la versión alemana y española de Carmen la de Triana (1938). Se dijeron muchas cosas de la estancia de la ilustre folclórica en tierras germanas, incluso la estancia del equipo artístico y técnico español en tierras alemanas inspiró a Fernando Trueba su comedia dramática La niña de tus ojos (1998). <<Ni querida de Hitler ni amante del nazismo, pero sí enamorada de la cultura de Alemania y de la lengua alemana. Weimar, Leipzig, Bonn, no paré de hacer visitas, sobre todo, para ver las casas de los artistas que admiraba: Goethe, Rilke, Beethoven>>.3 Siempre fue tajante respecto a las habladurías, que, como tales, no se corresponden con la realidad; quizá menos aún las que tienen como centro a una actriz mediática, por entonces la máxima estrella del cine español, que vivió el esplendor en la década de 1930, el olvido en los años cincuenta y el redescubriendo, para las nuevas generaciones, durante la retrospectiva que el Festival de Cine de San Sebastián dedicó en 1962 a la obra de Florián Rey.


Filmografía

La hermana san Sulpicio (Florián Rey, 1927)


Corazones sin rumbo (Benito Perojo, 1928)


Los claveles de la virgen (Florián Rey, 1929)


El amor solfeando (Armand Guerra)


Su noche de bodas (Louis Mercanton, Florián Rey, 1931)


Cinópolis (José María Castellví, Francisco Elías, 1931)


Lo mejor es reír (E. W. Emo, Florián Rey, 1931)


¿Cuándo te suicidas? (Manuel Romero, 1932)


Buenos días (Florián Rey, 1932)


Melodía de arrabal (Louis J. Gasnier, 1933)


La casa es seria (Lucien Jaquelux, 1933)


La hermana san Sulpicio (Florián Rey, 1934)


El novio de mamá (Florián Rey, 1934)


Ojos negros (Florián Rey, 1935)


Nobleza baturra (Florián Rey, 1935)


Morena Clara (Florián Rey, 1936)



Andalusische Nächte (Herbert Mairsch, 1938)


Carmen la de Triana (Florián Rey, 1938)


La canción de Aixa (Florián Rey, 1939)


Tosca (Carl Koch, Jean Renoir, 1941)


Goyescas (Benito Perojo, 1942)


Bambú (José Luis Sáenz de Heredia, 1945)


La maja de los cantares (Benito Perojo, 1946)


La copla de la Dolores (Benito Perojo, 1947)


La cigarra (Florián Rey, 1948)


Café cantante (Antonio Momplet, 1951)


Ama Rosa (León Klimovsky, 1960)


Con el viento solano (Mario Camús, 1965)


Tata mía (José Luis Borau, 1985)


El polizón de Ulises (Javier Aguirre, 1987)



1,3. Imperio Argentina, entrevista con Vicente Molina Foix, publicada en Diario El País, 9 de julio de 2015


2.Imperio Argentina, entrevista con Pablo Guimón, publicada en Diario El País, 11 de septiembre de 2000

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