Alguna vez he imaginado a Buster Kearon dándose la vuelta, desaparecido de la pantalla, en lugar de salir de ella, y ya fuera de marco, dejarse llevar por la carcajada que le genera la certeza de que su público se ríe de la ausencia de emociones en su rostro; cuando él es todo lo contrario: un tipo risueño y expresivo. Su apariencia pétrea rebosa vitalidad y emotividad, pues su laconismo y la quietud de sus facciones hablan por sí solas. Dicen lo que siente el personaje, expresa que es un estoico y un tipo que no dejará de perseguir aquello que busca, ya sea una locomotora o una vaca… Pero empecemos por el principio: Joseph Francis Keaton nació en el seno de una familia de cómicos, circunstancia que le introdujo a muy temprana edad en el mundo del espectáculo. Pero Joseph, conocido posteriormente como Buster, debe su notoriedad a su impagable e inigualable aportación a la comedia cinematográfica, dentro de la cual destaca entre los más grandes de la historia. Su talento, detrás y delante de las cámaras, quedó recogido en Siete ocasiones, El moderno Sherlock Holmes, El maquinista de la General y tantas otras obras maestras del slapstick mudo, aunque sus primeros papeles en el cine fueron personajes secundarios en producciones dirigidas y protagonizadas por Roscoe "Fatty" Arbuckle. Su primera aparición en pantalla se produjo en el cortometraje Fatty asesino (The Butcher Boy, 1917), la primera de sus catorce colaboraciones con Arbuckle. Pero, con cada película, sus personajes fueron adquiriendo mayor relevancia hasta que, en 1920, consiguió dirigir y protagonizar su primer corto en solitario. Una semana (One Week, 1920) fue codirigida por Eddie Cline, con quien volvería a coincidir en varias ocasiones, la última de las cuales, Tres edades (Three Ages, 1923), se convirtió en el primer largometraje realizado por Keaton, y en una parodia del film de David Wark Griffith Intolerancia (Intolerance; 1916). A partir de Una semana se puede apreciar la intención del cómico por crear un personaje melancólico que se enfrenta a situaciones complejas desde una actitud en la que se descubre la impasibilidad de su rostro, así como el continúo movimiento del antihéroe al que dio vida, siempre en lucha por superar las múltiples trabas que se le presentan antes de alcanzar el éxito. La impenetrabilidad facial es una de las características que mejor definen a su personaje, y fue asumida por el cómico cuando comprendió que la ausencia de expresividad en sus facciones provocaba la carcajada del espectador, de modo que habría que remontar a sus primeros años en el cine para observar su sonrisa, ya que Keaton, apodado "Cara de Palo", no permitió que el rostro de su personaje delatara emociones o se dejara afectar por las circunstancias, ya se encuentre a la deriva en El navegante o deba resistir las inclemencias atmosféricas que amenazan a El héroe del río. Como consecuencia del éxito de este rasgo físico, la MGM introdujo una cláusula contractual que le exigía no sonreír en público. Aunque para pocas sonrisas estaría Keaton cuando comprendió que su contrato con la major dirigida por Irving Thalberg y Louis B. Mayer, firmado en 1928, implicaría el final de su libertad creativa y el inicio de las malas decisiones de los ejecutivos que desaprovechaban el inigualable talento de este astro del humor que, entrado el sonoro, vio como su brillo empezaba a apagarse.
<<En enero de 1928 el productor Joe Schenck, cuñado de Buster Keaton, vendió el contrato de Keaton a la MGM. El cómico recibiría 3000 dólares a la semana a cambio de rodar dos películas al año, por las que su productora recibiría el 25 por ciento de los beneficios netos y Keaton, el 25 por ciento del porcentaje de la productora.>> (1) A priori, la oferta era magnífica, tentadora, difícil de rechazar. Le convertía en uno de los actores mejor pagados de la Metro Goldwyn Mayer y de Hollywood, pero, por otro lado, hacia de él un asalariado del sistema. A cambio de tantos dólares, el gran cómico tuvo que entregar su independencia creativa, la que le había hecho grande. Sin ser consciente entonces, firmar con MGM fue el error más grave de su carrera profesional; pues aceptar le costó su independencia creativa: el poder asumir el control y mayores riesgos artísticos. Sin ella, su genialidad se resintió. Y así, desoyendo los consejos de Charles Chaplin, siempre celoso de su independencia artística, Keaton aceptó entrar a formar parte del reino de Louis B. Mayer e Irving Thalberg. Mala elección para alguien que había hecho de la comedia una cuestión personal, es decir, la gran estrella cómica perdía la libertad artística. Durante su paso por la Metro protagonizó El cameraman (The Cameraman; 1928) y El comparsa (Spite Marriage; 1929), sus últimas comedias silentes en las que solo aparece acreditado como director Edward Sedgwick, a pesar de que Keaton también participó en la realización de la primera. Pero, a partir de su incorporación al estudio del león, la pérdida del control sobre las películas en las que participaba, unido a las nuevas tendencias surgidas a raíz de la imposición de la comedia hablada y a problemas personales, produjeron un descenso en la calidad y originalidad de los films sonoros que protagonizó, lo cual deparó su paulatino ostracismo. Aunque, por fortuna, en ocasiones fue rescatado para participar en films tan conocidos como El crepúsculo de los dioses, Candilejas, La vuelta al mundo en ochenta días o El mundo está loco, loco, loco, y en emisiones televisivas en las que recuperó parte de los gags interpretados por aquel personaje inolvidable que, junto al creado por Chaplin, fue y es el más alabado de la comedia realizada en el Hollywood silente.
Convicto 13 (Convict 13, Buster Keaton y Eddie Cline, 1920)
El espantapájaros (The Scarecrow, Buster Keaton y Eddie Cline, 1920)
Vecinos (Neighbors, Buster Keaton y Eddie Cline, 1920)
La casa encantada (The Haunted House, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
Pamplinas nació el día 13 (Hard Luck, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
El guardaespaldas (The High Sign, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
La cabra (The Goat, Buster Keaton y Malcolm St.Clair, 1921)
El gran espectáculo (The Playhouse, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
La barca (The Boat, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
El rostro pálido (The Paleface, Buster Keaton y Eddie Cline, 1921)
La mudanza (Cops, Buster Keaton y Eddie Cline, 1922)
Las relaciones con mi mujer (My Wife's Relations, 1922)
El herrero (The Blacksmith, Buster Keaton y Malcolm St.Clair, 1922)
El Polo Norte (The Frozen North, Buster Keaton y Eddie Cline, 1922)
Sueños imposibles (Daydreams, Buster Keaton y Eddie Cline, 1922)
La casa eléctrica (The Electric House, Buster Keaton y Eddie Cline 1922)
El aeronauta (The Balloonatic, Buster Keaton y Eddie Cline, 1923)
Nido de amor (The Love Nest, Buster Keaton y Eddie Cline 1923)
Tres edades (Three Ages, Buster keaton y Eddie Cline, 1923)
La ley de la hospitalidad (Our Hospitality, Buster Keaton y John G. Blystone, 1923)
El moderno Sherlock Holmes (Sherlock Jr., 1924)
El navegante (The Navigator, Buster Keaton y Donald Crisp, 1924)
Siete ocasiones (Seven Chances, 1925)
El rey de los cowboys (Go West, 1925)
El boxeador (Battling Butler, 1926)
El maquinista de la General (The General, Buster Keaton y Clyde Bruckman, 1926)
El colegial (College, James W. Horne, 1927) (sin aparecer en los créditos)
El héroe del río (Steamboat Bill Jr., Charles F. Reisner, 1928) (sin aparecer en los créditos)
El cameraman (The Cameraman, Edward Sedgwick, 1928) (sin aparecer en los créditos)
(1) Scott Eyman: El león de Hollywood. La vida y la leyenda de Louis B. Mayer (traducción de Ricardo García). Debate, Barcelona, 2008.
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