domingo, 9 de diciembre de 2012

Calles de fuego (1984)



Sin complejos, partiendo de gustos cinematográficos similares, John Carpenter y Walter Hill buscan divertirse y divertir con sus películas. Ese punto común, a la par personal y tirando hacia la serie b, conectó sus films de los setenta y de los ochenta con un amplio sector del público, películas que aún hoy siguen disfrutándose como entonces. No han perdido atractivo porque son films fuera de tiempo, tal cual Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on Precinct 13, John Carpenter, 1976) o The Warriors (Walter Hill, 1979), que encuentran inspiración en el western y en sus rebeldes marginales, a menudo solitarios. Uno de ellos protagoniza Calles de fuego (Street of Fire, 1984), western rockero que se desarrolla en un suspiro de acción en el que Hill apuesta por un estilo veloz, explosivo, sin prejuicios, que bebe del rock para dar ritmo al encuentro de dos solitarios duros y decididos interpretados por Michael Paré y Amy Madigan. Apenas intercambian frases cortas, no precisan más, Cody y McCoy unen fuerzas para llevar a cabo el rescate de Ellen (Diane Lane), la cantante que ha sido secuestrada por Raven (Willem Dafoe), el jefe de una pandilla de moteros. El western es un género al que Walter Hill ha recurrido con frecuencia (Forajidos de leyendaTraición sin límite o Gerónimo), pero, en ocasiones, sus películas se alejan del oeste del siglo XIX, trasladando a sus pistoleros, entre otros personajes, a espacios sin una ubicación temporal precisa —de la segunda mitad del siglo XX—, como los transitados en The Warriors o Calles de fuego. Esas calles ardientes a las que alude el título están dominadas por bandas de forajidos que han cambiado los cuadrúpedos por monturas de dos ruedas: los bombarderos, el grupo que, emulando a pistoleros del salvaje oeste, impone su ley, la del más fuerte, irrumpiendo en el local donde la fiebre del rock se desata entre el público que asiste a la actuación en directo de Ellen, instantes antes de ser secuestrada.


La historia de Calles de fuego es simple, pero filmada desde un punto de vista imaginativo y rítmico, que mezcla la estética del vídeo musical con la nocturnidad de un ambiente donde se producen el rapto de la cantante y su rescate, cuando Tom Cody regrese a la ciudad. La primera
 imagen que Hill nos ofrece de su héroe es la de un solitario que regresa a las calles después de haberse distanciado, quizá para poner tierra de por medio con la mujer que debe rescatar. Muestra su soledad, condicionada por su fallida relación amorosa con Ellen, que provocó su alejamiento de ese ambiente donde se presenta tras la petición de ayuda de su hermana Reva (Deborah van Valkenburgh). Cody no tarda en mostrar su habilidad para enfrentarse a situaciones difíciles, cuando, sin apenas despeinarse, se deshace de una pandilla que pretende destrozar el restaurante de su hermana, antes de que ésta advierta su presencia; de ese modo se descubre que está capacitado para acabar con Raven, quien aguarda su oportunidad para poseer a la estrella del rock que retiene en un local vigilado por sus hombres. El grupo fuera de la ley domina el territorio al que Cody accede de noche, en compañía de McCoy, a quien conoce en la barra de un bar y en quien se reconoce, pues también ella es un carácter duro y solitaria; no así Billy Fish (Rick Moranis), el nuevo novio y manager de Ellen, ambicioso y huraño, pero que asume que el desconocido es su única oportunidad para recuperar a su estrella. A lomos de un descapotable el trío se adentra en ese terreno hostil donde se desata la batalla durante la cual se libera a la rehén y se inicia una fuga que por momentos recuerda a la expuesta en The Warriors, aunque ésta posee menor entidad que aquella, ya que en Calles de fuego prima la relación de Cody con ese entorno al que ha regresado, produciéndose el renacimiento de su historia de amor con Ellen y la cicatrización de sus heridas del pasado, pero sobre todo se produce un buen rato de entretenimiento para el espectador, a ritmo de rock y de luchas callejeras que nada tienen que ver con los films de pandilleros rodados por Francis Ford Coppola en la misma época.

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