martes, 26 de septiembre de 2017

Niñera moderna (1948)

<<Tacey King: Me permite preguntarle cuál es su profesión.

Lynn Belvedere: Desde luego. Soy un genio.>>

Por si alguien duda de la genialidad de Lynn Belvedere (Clifton Webb), solo tiene que observar sus múltiples cualidades y aptitudes a lo largo de los minutos que componen la divertida Niñera moderna (Sitting Pretty, 1948). Pues, aparte de ser un tipo poco sociable, excéntrico, a quien no le gustan los niños, y poco simpático, al menos si tomamos como referencia la primera impresión que de él tienen los King, Belvedere sí es un genio. Además, para quien contempla sus ademanes, escucha sus respuestas y su aparente impertinencia, sí resulta un tipo divertido, como también lo resulta su actitud frente a la contrariedad de quienes le abren las puertas de su hogar pensando que han contratado a una mujer. La imperante necesidad de encontrar a una niñera que cuide de sus tres hijos y ayude en las labores del hogar obliga a Tacey (Maureen O'Hara) y a Harry (Robert Young) a aceptar a alguien que, salvo por su sexo y su imagen estirada, responde a las demandas solicitadas en su anuncio de empleo. De modo que, ante la falta de otros candidatos, ese extraño tendrá que servir. Y vaya, si sirve. La nueva niñera pronto sorprende por su eficiencia, su sinceridad absoluta y por su atípico comportamiento, si así puede calificarse a los hábitos de quien ha entrado en la vida de la familia porque pretende realizar un estudio sociológico que dará que hablar y confirmará su genialidad. También dará que hablar su presencia, la cual se convierte en parte de la comidilla de vecinos que, salvo el ridículo, no tienen nada mejor que hacer que espiar a Belvedere. Pero él no es un conquistador que amenace la estabilidad marital de Harry y Tacey, sino el altivo y refinado erudito que, ante cualquier situación, demuestra que nada ni nadie escapa a sus capacidades ni a su control. Poco a poco este fuera de serie ajeno se convierte en parte de la familia: los niños, los adultos y hasta el perro se rinden ante su evidente talento, lo cual le posibilita el tiempo que necesita para encerrarse en su habitación y allí realizar los ejercicios de gimnasia que lo mantienen en forma o redactar los avances de su experimento. La comicidad de Niñera moderna se sostiene sobre el elegante personaje interpretado por Clifton Webb y su choque con las costumbres de la familia y la moralidad de la clase media, que encuentra en la presencia de un segundo hombre en el hogar de los King algo sospechoso que amenaza la buena imagen de un vecindario que, tras su fachada perfecta, resulta todo lo contrario, lo cual posibilita al erudito los datos precisos para llevar a buen puerto su estudio social.

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