miércoles, 1 de mayo de 2024

Nacido en Gaza (2014)

Habría que remontarse a los progromos llevados a cabo en el imperio ruso y en los centroeuropeos durante el siglo XIX, y al nacimiento del sionismo —uno de los muchos nacionalismos modernos que surgen en la época y en distintos lugares del globo—, para entender el conflicto árabe-israelí, al menos parte de él. Las continuas persecuciones sufridas en Europa, llevaron a los judíos a emigrar a América, pero también gestó la idea de tener un país propio donde hacerse fuertes y no verse perseguidos. El sionismo nace en ese momento, de la mano del periodista Theodor Herzog, y decide que la tierra prometida será Palestina. El sueño o la ambición de tener un país tarda, pero parece factible en 1948. Tras la partición decidida por la ONU, los hebreos nacidos en Palestina y otros miles de judíos que han llegado de Europa asisten a la proclamación del estado de Israel. Es un momento clave en el devenir de la historia, momento que, partiendo de la novela de Leon Uris, Otto Preminger expone en su antes y su después inmediatos en Éxodo (Exodus, 1960), desde una perspectiva sionista. A partir de entonces, los conflictos armados han sido la tónica predominante en una zona donde la convivencia entre hebreos y palestinos se hace cada vez más difícil, como parece corroborar la situación actual. Hasta aquel entonces, Palestina había vivido bajo el dominio de varios imperios; el último había sido el británico, que intentó mantener el orden entre israelíes y palestinos. Tras la partición, cualquier intento de equilibrio ya no fue posible; ambos pueblos acabaron enfrentándose. Desde entonces, salvo algún espejismo de acercamiento y convivencia, la situación en Oriente Próximo ha vivido momentos de extrema crudeza, guerras y situaciones tan trágicas como la expuesta en este documental que el reportero argentino Hernán Zin <<rodó durante la ofensiva de Israel a la franja de Gaza en 2014>>. Esta ubicación espacio temporal la advierte el rótulo que se sobreimpresiona al inicio de Nacido en Gaza (2014), que habla de la <<ofensiva que dejó 506 niños muertos y 3598 heridos>>. <<A ellos está dedicado>> este documental en el que los protagonistas son niñas y niños, a quienes descubrimos como supervivientes condenados a no tener niñez, al menos la que se da por sentada en los paraísos terrenales donde los más pequeños no sufren situaciones como las que Mohamed, Udai, Mahmud, Sondos, Malak… recuerdan y comentan. Son los guías, los huérfanos, los heridos, las víctimas, las voces, las historias del recorrido que Hernán Zin hace por Gaza o quizá la verdadera guía sea su cámara. Se acerca a los rostros infantiles. Quiere romper las distancias y que hablen, quiere que interpretemos lo que ella ve y escucha. Y, a través de ella, tenemos acceso a un espacio humano herido, que se desangra, y a la panorámica de la destrucción: edificios derruidos, escombros, desesperanza, desamparo, restos de metralla... Esa cámara son los ojos, los oídos y el pensamiento del reportero, que usa (y creo abusa) del ralentí para intentar detener el tiempo y enfatizar lo que ya de por sí es expresivo. No se puede atrapar el tiempo, ralentizar el momento no lo hace más sentido, sino que corre el riesgo de dejar de sentirse. En todo caso, Nacido en Gaza es un documento sentido que aborda el conflicto palestino-israelí desde la mirada de un cineasta que busca en distintas voces de la infancia la posibilidad de ofrecer el retrato coral y humano de una situación, ya no solo la infantil, sino la de una tierra en destrucción y en la desesperanza; humano en el sentido de que lo hace, o lo intenta, alejándose de la velocidad e inmediatez exigida por los diez o veinte segundos en los informativos y otros programas que no se detienen en las voces humanas, en los quiénes ni en los porqué…



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