Cuando en una entrevista (1) le preguntan sobre El mégano (1955), su primer film, García Espinosa responde que <<Lo recuerdo con cariño. Hoy lo vemos como una película naif, sin encanto formal alguno y, lo que es peor, con una visión de la realidad muy simplona, como si sus autores tuvieran como única preocupación adentrarse en complejidades que les hicieran imposible ensayar el poco oficio de que disponían. Sin embargo, algo bueno debía tener cuando tuvo tan buena acogida de público y de crítica. Pienso que ese algo bueno sigue siendo válido, la necesidad de expresar la realidad en términos críticos. Y tan bueno que no por gusto los cuerpos represivos de entonces la secuestraron.>> Pero empecemos por el principio o por un principio. En 1951 se formaba la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, era una sociedad dedicada al cine que surgió paralela a la Cinemateca Cubana, pero, a diferencia de esta, asumía una postura política que se evidenció en este cortometraje documental dirigido por Julio García Espinosa, que contó en la dirección con la colaboración de Tomás Gutiérrez Alea. Pero, si bien su calidad puede ser discutible, resulta un film clave en la cinematográfica cubana prerrevolucionaria porque, en él, García Espinosa realizaba un primer acercamiento al cine de denuncia que se impondría pocos años después. Influenciado por el neorrealismo italiano, tanto Titón como él habían estudiado cine en Roma, denunciaba las precarias condiciones de vida de los carboneros de la Ciénaga de Zapata, hoy declarado parque nacional y uno de los grandes atractivos turísticos de la isla, y de ese modo ofrecía una primera muestra de cine comprometido, la cual anunciaba lo que sería el cine de los años que siguieron al triunfo de la revolución (1959). García Espinosa no estaba solo, aparte de Titón, contó con otros dos nombres propios del futuro ICAIC, Alfredo Guevara y José Massip, para hacer ruido y vaya si lo hicieron. La postura crítica de este grupo de jóvenes queda señalada en El mégano, un film que no gustó a las autoridades, que lo secuestraron debido a su evidente carga crítica; pues denunciaba de forma directa la pobreza en la que vivían los carboneros del mayor humedal cubano. De ese modo, la reacción fue confiscarla, pero el film sobrevivió y todavía se puede disfrutar y descubrir un primer acercamiento de García Espinosa a la dirección, pues se trataba de su primera película…
(1) Julio García-Espinosa. Las estrategias de un provocador (estudió dirigido por Juan Antonio García Borrero). Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, 2001.
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