lunes, 8 de enero de 2024

Rebel Moon - Parte 1: La niña de fuego (2023)


Supongo que a cierto tipo de público le gusta la repetición porque le resulta cómoda y que cualquier película que no le varíe los planteamientos conocidos, por mil veces vistos, ni le exija ubicarse ante algo novedoso, obtendrá su beneplácito y mejores resultados comerciales que una que implique mayor complejidad y creatividad, por parte de los responsables del invento, y esfuerzo mental a quien lo consume. Este respetable ya suele expresar sin vergüenza alguna que no está para películas que le exijan pensar. Dice que está cansado, que tiene otros quebraderos de cabeza, que quiere entretenimiento o llegar a casa y descansar, quizá continuar acariciando el móvil y, ya en casos especiales, exigir “link”, “link”, como aquellos no demasiado pensantes repiten “oink”, “oink”. Prefiere las lecturas rápidas, incluso mejor si son frases sueltas, las películas, los programas y las series que no les exija apenas más que sentarse o tumbarse en el sofá hasta que decida levantarse. Recuerdo la primera vez que vi a Homer Simpson frente al televisor. Era el siglo pasado; en lo que llevamos de este no lo he vuelto a ver, pero creo que todavía seguirá por allí, entrando y saliendo de su sala, tomándose unas latas de cerveza y viendo en la tele los mismos programas y dejándose llevar y llenar por la publicidad. Abrazado a su amada alienación, es un infeliz feliz, o quizá me equivoque y sea un feliz infeliz. Para el caso, daría igual equivocarse, porque ni él mismo sabría decidirse por un orden u otro. Lo suyo, más bien, seria el desorden de su rutina. Todo le resulta familiar. Le dan más de lo mismo y él lo toma con gusto. Incluso su propia serie no escapa a la condena de repetirse, puede que los humanos también vivamos la repetición, en lo que llamamos cotidianidad.


Es probable que Homer y Burt disfrutasen Rebel Moon - Parte 1: La niña de fuego (Rebel Moon - Part One: A Chid of Fire, Zack Snyder, 2024), pero no es una de las películas que pueda verse en Los Simpson ni exige siquiera ese mínimo de esfuerzo que incluso el Homero de Springfield estaría dispuesto a aceptar para devolver su trasero al sofá y la comodidad a su existencia, cuando está se ve trastocada o amenazada por la novedad o por sus meteduras de pata. En realidad, estoy por escribir que la película de Zack Snyder exige nada, que es lo mismo que me aporta. Hija de Star Wars y de un pupurri cinematográfico, el film incluye el punto de partida de Los siete samurais (Akira Kurosawa, 1952), un villano más simple que Dark Vader y su colega el emperador y escenas de violencia a cámara lenta, todas ellas a años luz (quizá porque se ubica en alguna otra galaxia lejana) de las que Sam Peckinpah empleaba con mayor sentido estético en películas como Grupo salvaje (The Wild Bunch, 1969). No hay más que repetición de situaciones ya vistas en otras space operas (y otros géneros). Lo único que observo en Rebel Moon, aparte de imágenes, es la ausencia de algo propio, pues ni el aburriendo que me genera se le puede atribuir exclusividad u originalidad, es el mismo de siempre, tampoco el uso de la violencia, ni el reclutar héroes y heroínas, ni el dar cabida a la diversidad, ser multiétnica, ni el hacer de Kora (Sofia Boutella) el personaje fuerte de este enésimo enfrentamiento cinematográfico entre el bien y el mal, entre el totalitarismo de Mundo Madre y el honor y caridad del grupo que los combate para salvar una aldea campesina. La sensación que me queda se apaga recordándome que una película como esta hace aún mejor a Rogue One (Gareth Edwards, 2016), a Mad Max: Furia en la carretera (Mad Max: Fury Road, George Miller, 2015), a Dune (Dennis Villeneuve, 2021), por citar producciones de ciencia-ficción de los últimos años…





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