lunes, 4 de enero de 2021

Corazón de hielo (1950)


El éxito de Al rojo vivo (White Heat, Raoul Walsh, 1949) posiblemente condicionase el personaje que James Cagney asumió en Corazón de hielo (Kiss Tomorrow Goodbye, Gordon Douglas, 1950), donde el desequilibrio del forajido da paso a otro tipo de variante de similar violencia, quizás a un tipo demasiado equilibrado, frío, calculador, pues, ante todo y en todo momento, es consciente de o asume que la moralidad o la tenencia de valores morales pueden resultar un lastre para alcanzar su libertad y sus propósitos delictivos. Ralph Cotter escapa de la cárcel a tiro limpio, incluso dispara sobre su compañero (Neville Brand) de fuga cuando comprende que se trata de un lastre para llevar a cabo la huída. Esta solo es una primera muestra de la ausencia moral en un personaje que solo tiene de humano su ambición por el dinero, su necesidad de sexo y el goce que le produce dominar a cuantos hombres y mujeres le rodean. El resto de personajes sí son inmorales o morales, puesto que sí parten del código de conducta del que se apartan porque no les beneficia asumir los valores que no les proporcionarían dinero, el todo que persiguen los personajes masculinos de Corazón de hielo. Esto los posiciona en un polo opuesto al de las dos mujeres que se enamoran o encaprichan de Cotter, que anteponen la relación de pareja o matrimonial al motor que mueve a ese hombre carente de escrúpulos, casi el criminal perfecto, ya que su amoralidad le permite llegar donde ni el abogado o los policías corruptos pueden llegar. La amoralidad de Ralph Cotter le acerca a la libertad social casi absoluta, puesto que rechaza las normas y convencionalismos que rigen la sociedad de la que se aprovecha delinquiendo o sacando partido de la inmoralidad de los hombres y mujeres que asoman en las analepsis que retroceden en el tiempo desde el tribunal donde se juzga a siete sospechoso de asesinato y donde solo falta el octavo miembro y principal protagonista de los hechos que se exponen en la sala.

No hay comentarios:

Publicar un comentario