martes, 1 de febrero de 2022

La extraña prisión de Huntleigh (1960)



Las películas ambientadas en cárceles suelen desarrollar drama o cine negro, pero hay excepciones cómicas que, tal La extraña prisión de Huntleigh (Two-Way Strechet, 1960), muestran la cotidianidad del correccional desde el humor y la ironía de la situación planteada y de presos tan peculiares como puedan serlo Dodger Lane (Peter Sellers), Jolly (David Lodge) o Lennie "el avispado" (Bernard Cribbins), cuya madre (Irene Handl) siente cierta decepción porque no ha intentado ni una sola fuga. Los tres amigos y compañeros de celda son buenos chicos; o así lo cree Jenkins (George Woodbridge), el jefe de los celadores cuando les visita y apura un trago del mejor té del lugar, mientras teme ofenderles al solicitarles el favor de presentarse en la cantera, aunque no para trabajar, puesto que en Huntleigh los trabajos forzados han sido sustituidos por la jardinería, de la cual el alcaide (Maurice Denham) es fiel devoto. Los primeros minutos de película apuntan la buena vida llevada por los tres convictos, que cada mañana, a las siete en punto, reciben la compra del día por la ventana: huevos, pan francés, mantequilla y leche, que Jolly y Lennie recogen mientras Lane duerme, antes de que el primero le entregue al durmiente y líder del grupo la prensa diaria. Además, Robert Day, el responsable de esta simpática caricatura, bromea sobre la puntualidad, la educación, la calma, entre otros rasgos y costumbres británicas, así como con la rehabilitación pretendida por el alcaide. Tras el desayuno, que nos sitúa en el ambiente carcelario, Day completa la información sobre el centro penitenciario con la visita de tres damas que posibilitan el recorrido por el recinto, por sus talleres y sus espacios lúdicos, dándonos a conocer las actividades educativas y a los presos que las realizan. Estas escenas acaban por confirmar lo apuntado desde el inicio, que estamos en un centro penitenciario un tanto especial. Y más lo será con la aparición del padre Fowler (Alfred Hyde Whyte), conocido en el mundillo como Soapy. La visita del supuesto pastor traza un nuevo rumbo a la historia, ya que no se trata de un verdadero religioso, sino del compinche que propone a los tres compañeros que salgan una noche de la prisión y cometan el golpe perfecto, puesto que su coartada también sería perfecta. Todo parece factible, salvo por un inconveniente de última hora: el sustituto de Jenkins, que se jubila y será sustituido por el marcial Crout (Lionel Jeffries), un funcionario de la vieja escuela de “la letra con sangre entra”.


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