El segundo largometraje de Ed Harris como realizador evidencia influencias de algunos clásicos del western, no obstante tales referencias no impiden que Appaloosa se muestre como un film con personalidad propia, que aprovecha los planteamientos de aquellos para profundizar en las relaciones y emociones que marcan los comportamientos de sus personajes, descubiertos desde la paciente perspectiva de Everett Hitch (Viggo Montersen), erigido en testigo y narrador de los hechos que se observan a lo largo de la película. La voz de Everett descubre la amistad que le une a Virgil Cole (Ed Harris) desde que iniciaron su colaboración como pacificadores por tierras donde la ley la impone el más fuerte. Pronto se comprende que ambos son hombres de pocas palabras, que se respetan y admiran a pesar de poseer personalidades y comportamientos distintos, aunque complementarios. Por momentos se percibe en estos dos amigos ciertos aspectos que recuerdan al Wyatt Earp y al Doc Hollyday de Pasión de los fuertes (My darling Clementine) (incluso hacia el final del film se citan con los hermanos Sheldon para batirse en duelo). También podría hablarse de cierta influencia de Río Bravo, cuando los hombres de Randall Braggs (Jeremy Irons) acechan la cárcel del pueblo y amenazan al nuevo sheriff para que libere a su jefe, sin embargo no se produce el asedio y el film de Harris toma derroteros distintos a los del excelente western de Howard Hawks, Appaloosa se inicia con la presentación de Randall Braggs, ganadero que no duda en asesinar a los representantes de la ley que se presentan en su rancho para arrestar a dos de sus vaqueros, acusados de homicidio. La violenta reacción del terrateniente permite comprender que para él la ley no tiene cabida en sus dominios, donde solo cuenta su opinión y sus propias normas, las cuales se sustentan gracias a la fuerza bruta. Quizá en el empleo de la violencia no se distinga de Cole, aunque este la asume como un modo de imponer orden y sobrevivir en un ambiente que la permite y fomenta. Así pues, el nuevo sheriff también posee un concepto personal de la justicia, sin embargo este se descubre como un medio para establecer la ley, lo cual provoca su enfrentamiento con Braggs desde el mismo instante en el que toma las riendas e impone su criterio. Virgil Cole se muestra confiado en su experiencia, en su destreza con las armas y en la presencia de Hitch, siempre cubriéndole las espaldas en esa localidad donde Randall y él no pueden compartir espacio. Appaloosa es un western que podría funcionar a la perfección dentro de cualquier otro género, ya que ante todo se trata de una historia de relaciones humanas, que unen y separan a quienes las experimentan: la amistad que une a los pacificadores, el enfrentamiento de ambos con Braggs o el extraño amor que surge entre Virgil y Allison (Renée Zellwegger), quien a ojos del sheriff semeja distinta a cualquier otra mujer con quien haya mantenido relaciones (prostitutas o indias). Alrededor de ella crea una imagen refinada, culta, limpia y hermosa; y sin saber cómo, este hombre parco en palabras, que a menudo recurre a su compañero para que encuentra el vocablo adecuado, se enamora de una mujer que no es como ha idealizado. La presencia de Allison resulta fundamental en el devenir de los acontecimientos que se desarrollan a lo largo de la narración, siendo un personaje de inusual importancia dentro de un género en el cual la mujer suele tener un rol secundario, si se exceptúa referentes como: Duelo al sol (Duel in the Sun, 1946), Las Furias (The Furies, 1950), Encubridora (Rancho Notorious, 1952), Johnny Guitar (1954) o Cuarenta pistolas (Forty Guns, 1957). Como las mujeres de los films anteriormente citados Allison lucha por hacerse un lugar en ese oeste de hombres, para ello no duda en utilizar sus armas: ambigüedad moral, belleza o la variabilidad de unos sentimientos siempre enfocados a encontrar al macho dominante que le proporcione la seguridad que anhela, constante que crea el conflicto emocional que Hitch observa en Virgil.
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