El policíaco italiano encontró en Fernando Di Leo a una de sus figuras más sobresalientes. Su cine recibe influencias de Jean Pierre Melville y las adapta a su imaginario en Milán, calibre 9 (Milano, calibro 9, 1972), adaptación de la novela del escritor Giorgio Scerbanenco, la cual inicia con la puesta en libertad de un delincuente que presenta algunos de los rasgos característicos de los personajes de Melville, a quienes siempre se observan dentro de un entorno hostil que los aísla y condiciona sus comportamientos. Reducen sus relaciones personales; su intimidad queda dentro, igual que sus sentimientos y sus emociones. ¿Letales? Por supuesto. Son tipos duros, silenciosos, solitarios, supervivientes en los bajos fondos, que se aferran a un código de honor en un entorno amoral donde el dinero, la traición y la violencia imperan. Esta producción, el primer título de la trilogía del milieu que Di Leo completó con Nuestro hombre en Milán (La mala ordina, 1972) y Secuestro de una mujer (Il Boss, 1973), bebe del policíaco del director francés y, obviamente, del autor de la novela, uno de los grandes de la novela negra italiana. Las tres lo hacen. Di Leo las ambienta en el Milán de la década de 1970, un espacio que descubre una cara oculta violenta y ahí un tipo como Ugo Piazza (Gaston Moschin) se mueve como pez en el agua...
viernes, 2 de noviembre de 2012
Milán, calibre 9 (1972)
El policíaco italiano encontró en Fernando Di Leo a una de sus figuras más sobresalientes. Su cine recibe influencias de Jean Pierre Melville y las adapta a su imaginario en Milán, calibre 9 (Milano, calibro 9, 1972), adaptación de la novela del escritor Giorgio Scerbanenco, la cual inicia con la puesta en libertad de un delincuente que presenta algunos de los rasgos característicos de los personajes de Melville, a quienes siempre se observan dentro de un entorno hostil que los aísla y condiciona sus comportamientos. Reducen sus relaciones personales; su intimidad queda dentro, igual que sus sentimientos y sus emociones. ¿Letales? Por supuesto. Son tipos duros, silenciosos, solitarios, supervivientes en los bajos fondos, que se aferran a un código de honor en un entorno amoral donde el dinero, la traición y la violencia imperan. Esta producción, el primer título de la trilogía del milieu que Di Leo completó con Nuestro hombre en Milán (La mala ordina, 1972) y Secuestro de una mujer (Il Boss, 1973), bebe del policíaco del director francés y, obviamente, del autor de la novela, uno de los grandes de la novela negra italiana. Las tres lo hacen. Di Leo las ambienta en el Milán de la década de 1970, un espacio que descubre una cara oculta violenta y ahí un tipo como Ugo Piazza (Gaston Moschin) se mueve como pez en el agua...
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