La vida de José Giovanni, la anterior a su consagración como escritor y cineasta, podría dar para varias películas y novelas. De hecho, algunas de sus obras, tanto cinematográficas como literarias, contienen notas autobiográficas, aunque, quizá, la que más lo evidencia sea Le trou, cuya adaptación a la gran pantalla corrió a cargo de Jacques Becker, fallecido poco antes de concluir el film. La evasión (Le trou, 1960) fue su última película y también una de las mejores; y dudo que existan intentos de evasiones carcelarias expuestos en la pantalla con tanta minuciosidad como lo fue este drama de camaradería y traición que el artífice de París, bajos fondos (Casque d'Or, 1952) filmó con suma maestría. El resultado fue una película sobre fugas, aunque, más que cualquier otra cosa, la considero una historia sobre seres humanos que sobreviven a su encierro soñando su libertad. Son hombres atrapados como Claude Gaspar (Mark Michell) y los reos a quienes conoce cuando le trasladan a su nueva celda. Pero antes de entrar de lleno en los hechos, otro de los personajes de “La evasión”, Roland (Jean Keraudy), se dirige al público y le advierte que la película que van a ver está basada en su propia experiencia, mas omite que también fue la de Giovanni, coguionista y colaborador del film. Quien conozca la obra del escritor pronto descubre que en esta joya de precisión cinematográfica hay tanto de él como de Becker, pero la capacidad visual de este último es la que detalla, en cada plano y en cada escena, las vivencias, las relaciones y los preparativos de la fuga de los cinco convictos que comparten la misma celda donde también comparten la cotidianidad, que resulta tan tediosa como reducido resulta el espacio donde apenas sobreviven.
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