Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado: Campos de Castilla (1912)
En su álbum “Dedicado a Antonio Machado, poeta”, publicado en 1969, Joan Manuel Serrat canta, homenajea y reivindica al poeta repudiado por el totalitarismo franquista y convertido por los exiliados de la guerra civil española en símbolo de la libertad de un pueblo en el destierro, tan cerca y tan lejos de donde dejan su corazón. Allí, en un país vecino <<murió el poeta lejos del hogar>>, allí, <<el polvo de un país vecino>> cubre sus restos, allí murió el poeta que cantó al caminante y al camino, que son el ser y la vida, un camino nunca recto y nunca con anterioridad recorrido, a veces de días azules, a veces de días grises y tormentosos, un camino de un solo sentido, de senderos y atajos, de mares, montañas, valles, campos y ríos, que van a dar a la mar manriqueña, de horizontes, desiertos y oasis fértiles en rostros, emociones y sentimientos, un camino de decisiones, alegrías y derrotas… <<Todo pasa y todo queda>>, canta Serrat, <<pero lo nuestro es pasar… pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar…>>
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