Parodia del cine de detectives, Crimen imperfecto (1970) fue un encargo que Fernando Fernán Gómez protagonizó, junto José Luis López Vázquez, y rodó para el productor Pedro Masó. Algunas de las grandes películas de la historia fueron encargos, pero no es el caso de este film que se encuentra entre los menos logrados de la filmografía de Fernán Gómez. Una de las causas la apunta el propio cineasta en una entrevista con Antonio Castro: <<nunca logré entender bien el guion, y al no entenderlo bien, y parecerme un tanto infantiloide —luego resultó infantiloide, pero prohibida para menores— intenté traducir este guion a unas imágenes cinematográficas, al estilo de los cómics; pero eso no salió>>.1 En un intentó de salir a flote, dotándolo de un tono de cómic, no cabe duda de que Crimen imperfecto naufragó. Tampoco se puede negar que busca a toda costa insistir en su modernidad, la misma que satiriza y a la que se entrega en un intento de ofrecer una propuesta cómica que, como dice su director, encuentra la inspiración de su estilo en el cómic y la cultura pop de la década de 1960, en su intento de liberarse de prejuicios, como demuestra el final que escandaliza a los testigos. Pero lo cierto es que Fernán Gómez no pasaba por su mejor momento como director y si quería continuar en el juego no le quedaba otra que ir aceptando encargos, algo que le ha pasado a la mayoría de los cineastas. Después del ostracismo sufrido por las magistrales El mundo sigue (1963) y El extraño viaje (1964), su carrera de director se vio obligada a aceptar encargos, como ya le había sucedido en tiempos de La venganza de don Mendo (1961), entrando en lo que podría considerarse su peor periodo detrás de las cámaras, que va desde Los palomos (1964) hasta Crimen imperfecto (1970), pasando por Ninette y un señor de Murcia (1965), Mayores con reparos (1966) y Como casarse en siete días (1969). Más allá de momentos aislados, Crimen imperfecto no funciona o lo hace sin chispa, dejándose llevar por lo que considera una sátira de la cultura pop, y a la vez un homenaje, que llegaba a España en el tardofranquismo, cuando el régimen se encontraba en una encrucijada, entre la certeza de su pasado y la incertidumbre del futuro que le aguardaba. Fernán Gómez llevaba la pantalla el guion de Pedro Masó y Antonio Vich, y lo hizo con un tono paródico que la acerca al expuesto en La venganza de don Mendo, salvando las distancias de las épocas y de su origen literario —ya aquella se basaba en una comedia de Pedro Muñoz de La Seca. De ese modo, Crimen imperfecto también se ríe de sí misma, de sus dos no heroicos protagonistas y de los villanos a los que se enfrentan, pero otro cantar es si logra hace reír con su humor forzado e infantiloide, hoy quizá hortera, que busca el chiste fácil y directo que conecte con la juventud de entonces.
1.Fernán Gómez en Antonio Castro: El cine español en el banquillo. Fernando Torres Editor, Valencia
Pues a mí me gustó, a pesar de todo. No se puede comparar con obras maestras de la talla de "El mundo sigue" o "El extraño viaje", pero, aun así, me parece una película fresca. Contiene, como dato curioso, una de las primeras apariciones fílmicas de Bárbara Rey.
ResponderEliminarSaludos.
En esta ocasión, no coincidimos, pero la discrepancia es enriquecedora. En mi caso, veo la película forzada, no por su tono caricaturesco, festivo y pop, que tiene su atractivo, sino en su humor, el cual, de tanto insistir en lo mismo, me pierde. Aún así, es un film curioso y la presencia de Fernán Gómez y López Vázquez en cualquier película nunca deja indiferente.
EliminarSaludos.