viernes, 11 de marzo de 2022

Rebelión en la granja (1954)


<<En la época en que se escribió, era obvio que encontraría grandes dificultades para editarse (a pesar de que la escasez de libros existentes garantizaba que cualquier volumen impreso se vendería) y, efectivamente, el libro fue rechazado por cuatro editores>>


George Orwell, del prólogo de Rebelión en la granja (1943).



Diez años antes de que Joy Batchelor y John Halas realizasen la adaptación de la novela de George Orwell, este se las vio para poder publicarla. El motivo no tenia que ver con su calidad literaria, sino con su contenido crítico, el cual, sin más disimulo que sustituir a los humanos por animales domésticos, apuntaba directamente a la revolución bolchevique y a la subida al poder de Stalin, amo y señor de su paraíso obrero. Por entonces, la imagen del líder soviético era intocable en Reino Unido, explica Orwell en el prólogo, al ser uno de sus aliados más importantes en la Segunda Guerra Mundial; y él, en su fábula, le criticaba abiertamente, señalando sus abusos. Por entonces la ceguera respecto al líder soviético era generalizada, pero, apenas un par de años después de la conclusión de la Guerra, el panorama geopolítico había cambiado; había vuelto a una situación similar a la de entreguerras. El enfrentamiento entre capitalismo y comunismo se describe en la novela y en la película, aunque la obra literaria iguala ambos contendientes y el film opta por una solución más acorde con el posicionamiento del Reino Unido en el presente de la década de 1950. Pioneros en la animación británica, Batchelor y Halas no tuvieron que enfrentarse al rechazo sufrido por el escritor cuando llevaron a cabo su Rebelión en la granja (Animal Farm, 1954), un film que era algo más que una película o una adaptación, pues era primer largometraje de animación que se realizaba en el cine británico; de ahí que su impronta sea más histórica que fílmica, me refiero a que su condición primigenia se impone a aspectos cinematográficos como su narrativa, que aporta una madurez y oscuridad por entonces inusual en el género animado.


Mucho antes de que Orwell escribiese su espléndida Rebelión en la granja, la lucidez de Voltaire se expresaba en su Diccionario filosófico en los siguientes términos: <<Todos los hombres serían iguales, si no tuvieran necesidades. La miseria unida a nuestra especie subordina un hombre a otro; no se trata de la desigualdad, que es una desgracia real, se trata de la dependencia. Importa muy poco que ese hombre se llame Su Alteza o Su Majestad; es penoso servir tanto a uno como a otro>>. La fábula de Orwell apunta algo similar, además de ser una lúcida alegoría del paraíso obrero stalinista: con sus purgas, su control policial, su propaganda y la creación de la nueva realidad en la que el dictador resulta infalible. Pero también del mundo exterior al telón que se levanta en la Granja Animal; los hombres, representación del capitalismo, no salen mejor parados; en realidad, los animales de la granja acaban por no distinguir entre humanos y porcinos. En su legitimidad de autores, los responsables de la película deciden apartarse de esto; es decir, se alejan de uno de los puntos donde Orwell insiste, así como minimizan la manipulación y el control mediante la propaganda que Squealer realiza en el libro y la alteración de la Historia (que el escritor desarrollaría con mayor complejidad y profundidad en 1984) como modos de control totalitarios. El film carece de esta intención, solo la expone de pasada, centrándose en la rebelión de los animales y en la toma de poder de Napoleón, y en su posterior uso y abuso. Posiblemente sea la mejor adaptación cinematográfica de una obra de Orwell, y de ponerle algún “pero”, no guardaría relación con la elección de los directores y el distanciarse de la novela, sino con su ritmo narrativo, que, por momentos, pide mayor agilidad a la hora de desarrollar la dictadura porcina y la sumisión de los animales sometidos a Napoleón desde que este, con la ayuda de los perros que ha adiestrado desde cachorros, se deshace de Snowball, su Trotski y rival hacia el poder absoluto y la nueva realidad que construye en esa granja donde <<todos los animales son iguales, aunque algunos animales son más iguales que otros>>.



No hay comentarios:

Publicar un comentario