domingo, 25 de octubre de 2020

Cuando crezcan (luego, ya nos veremos)

<<Cuando crezcan seré libre.

Cuando crezcan podré volar.

Cuando crezcan iré a tu lado.

Cuando crezcan, mañana.

Hoy, eres un instante,

un deseo constante,

un reflejo pasajero, 

una idea peregrina.

Hoy, eres eso y más,

bajo cielo gris,

sobre piedra mojada...>>

—primera secuela de Informe sobre Diez dedos sin uñas

Aquellos versos incompletos que encontré y leí en la puerta de la celda donde pasó sus últimos días, me hicieron pensar en varias opciones. Me pregunté si se refería a alguien en particular y, de ser así, quién sería. También pensé si los habría escrito él y si hablaban figurado o aludían a un concreto como las uñas, las vides o las alas. Aunque lo dudo. Dudo que a humano nacido de mujer le puedan crecer alas, salvo en sentido figurado. Por suerte o desgracia, no somos aves y de serlo, posiblemente, seríamos avestruces, esconderíamos la cabeza y mantendríamos las patas en el suelo, quizá por miedo a volar o por falta de ganas. ¿O seríamos gallinas, buscando provecho y picoteando entre nuestra inmundicia? ¿Tuvo miedo? ¿Y qué, si lo tuvo? ¿Cambiaría algo, ser avestruz o gallina?

 <<Desde el adiós del último humano libre de condicionamientos económicos, morales, políticos y sociales, hemos vivido diferentes épocas y circunstancias, pero en todas ellas coincide que un gran número acepta su papel sin mostrar inquietudes que trastoquen ideas y búsquedas, ya sean de seguridad y placer, en unos, o de subsistencia y supervivencia, en otros. No hay necesidad de tenerlas, se han perdido o se han eliminado, quizá nunca hayan existido, o puede que unos pocos todavía las tengan o sueñen tenerlas. Por eso no me sorprende que hoy aceptemos la estupidez no reconocida, pero que existe y se extiende, a riesgo de condenar al destierro a quien no la acepte y la asuma. Eso, en el mejor de los casos. La pérdida de identidad e incluso de la vida pueden ser otras penas impuestas por un orden que silencia su deshumanización con seducción y dormideras. Pero su corrección moral impuesta y su control disimulado son inmorales, tanto en su imposición como en su afán de culpabilizar o, como ha sido mi caso, convertirme en culpable solo por haber osado contradecir y contradecirme. Por no asentir, soy señalado y veo amenazado mi derecho a disentir, a no querer ser un memo o a serlo a mi manera...>>

Resulta ingrato indagar cuando sabes que apenas encontrarás nada. No tengo opciones, las pruebas, si alguna vez las hubo, han desaparecido. Este fragmento es lo único que logré recuperar de la trituradora del juzgado el día después de la sentencia. Eso y un trozo de cartílago, supongo que de una oreja humana, posiblemente de hombre adulto, aunque ignoro a quién pertenecía. Quizá a un despistado o puede que a un desgraciado que cayó en manos equivocadas, sobre todo para él. Puede que fuese ambos, puede que fuese el idiota que pagó por una curiosidad que creía gratuita. La verdad, no me importa. Yo tengo las mías en su sitio. Lo que me preocupa y molesta son los meses que llevo sin avanzar. Ya son veinte este año de setecientos treinta días, y solo faltan cuatro para que concluya el curso y mi salud se agote. Otros en mi situación, perderían el tiempo con disyuntivas o preparando una excusa plausible. Yo no puedo, carezco de inventiva. Mi única oportunidad es seguir dando tumbos hasta que me golpee por última vez o encuentre algún hueco por donde colarme y seguir. Pero adónde me llevará, lo ignoro. También ignoro por qué no me permitieron presenciar las sesiones del juicio, salvo la primera, cuando citó aquello de <<Vivimos y morimos racional y productivamente. Sabemos que la destrucción es el precio del progreso, como la muerte es el precio de la vida, que la renuncia y el esfuerzo son los prerrequisitos para la gratificación y el placer, que los negocios deben ir adelante y que las alternativas son utópicas. Esa ideología pertenece al aparato social establecido; es un requisito para su continuo funcionamiento y es parte de su racionalidad>> ¿Qué quiso decir con eso?


Informe del inspector ~. Extracto del memorándum “Día, sí, y otro también, la investigación no va bien“.


P.D: Volver sobre pasos dados, quizá haya pasado algo por alto. Disyuntiva con la que otros perderían el tiempo: yo tomaré el whisky en el “Luces rojas” y buscaré una vez más en Archivo. Investigué la autoría de la cita. Es de Herbert Marcuse, de su obra El hombre unidimensional, aunque todavía no comprendo cuál es su significado, si tiene uno, varios o ninguno.

Continúa en Ya nos veremos

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