Como tantos otros actores y actrices, Laura Gainor cambió su nombre real por el artístico con el que fue aplaudida la noche del 16 de mayo de 1929 en la sala del Hollywood Roosevelt Hotel, donde se celebraba la primera ceremonia de los premios Oscar. Durante aquella ceremonia, que premiaba a las producciones estrenadas en 1927 y 1928, Janet Gaynor se levantó de su silla y recogió su merecido premio por las interpretaciones en El séptimo cielo (Seventh Heaven; Frank Borzage, 1927), Amanecer (Sunrise; Friedrich W. Murnau, 1927) y El ángel de la calle (Street Angel; Frank Borzage, 1928). En ese instante de aplausos se convirtió en la primera en la historia de los mediáticos galardones en conseguir el Oscar a la mejor actriz protagonista, aunque en su caso fue una recompensa triple por sus actuaciones en las tres obras maestras que la convirtieron en una de las grandes estrellas de Hollywood, en la reina indiscutible del estudio Fox Films y, según se dijo, en la inspiración de la Blancanieves de Walt Disney. Nacida en Filadelfia en 1906, la pequeña Laura se instaló con su familia en San Francisco y allí se graduó en el instituto. Con el título bajo el brazo, partió de la ciudad del Golden Gate rumbo a Los Ángeles. Tenía dieciocho años y no pensaba en Hollywood. Tenía en mente ingresar en una escuela de secretarias, pero su futuro no era anotar palabras dictadas en despachos u oficinas, ni trabajar en una zapatería, su futuro, a corto y a medio plazo, estaba en el cine. Sus primeros papeles fueron de extra sin acreditar, fugaces como su esclava en Ben-Hur (Fred Niblo, 1925), mas no tardó en ver como su carrera profesional se encauzaba. William Fox la contrató para La represa de la muerte (The Johnstown Flood; Irving Cummings, 1926), largometraje en el que aparece por primera vez acreditada y, ese mismo año, encabezaría el reparto de La hoja de trébol (Shamrock Handicap; John Ford, 1926), aunque fueron sus trabajos para Frank Borzage los que la catapultaron al estrellato. En contra de la decisión del magnate cinematográfico y dueño del estudio, el director se impuso y la quiso de protagonista de El séptimo cielo. Y así, Gaynor tuvo que compaginar el rodaje a las órdenes de Borzage con el que Friedrich W. Murnau estaba realizando también para Fox. Cada día, la actriz se desdoblaba en las dos mujeres que, unidas a la de El ángel de la calle, la convirtieron en la estrella romántica por excelencia del Hollywood de la época. La dulzura y la luminosidad de su rostro, su naturalidad, su belleza, a veces serena otras melancólica, y la bondad que rezuman sus personajes despertaron la simpatía popular que la encumbró a lo más alto, junto con el actor Charles Farrell, su pareja artística en doce filmes, entre ellos Estrella dichosa (Lucky Star; Frank Borzage, 1929), el salto de ambos al cine sonoro: la prueba de fuego para cualquier actor y actriz silentes. Durante los primeros años del sonoro, Gaynor protagonizó comedias y musicales, aunque ella buscaba papeles más complejos y de mayor carga dramática. El estudio no estaba dispuesto a arriesgar su gallina de los huevos de oro, de modo que se vio obligada a enfrentarse a sus jefes, lo cual le acarreó siete meses de suspensión de sueldo, pero la Fox acabó cediendo. Su magnetismo comercial la convirtió en 1934 en la actriz más taquillera de Hollywood, aunque esto no fue suficiente para que Darryl F. Zanuck renovase su contrato, cuando este fusionó su empresa con la Fox. Al mando de 20th Century Fox, Zanuck pretendía un cambio, y este incluía trabajar con su propio equipo. Pero a la intérprete no le faltaban ofertas, de modo que inició una nueva etapa lejos de la productora donde alcanzó el estrellato. De este breve periodo destacan películas como Una chica de provincias (Small Town Girl; William A. Wellman, 1936) o Ha nacido una estrella (A Star Is Born; William A. Wellman, 1937), el último gran título en el que participó antes de abandonar la profesión, cuando contrajo matrimonio con el diseñador Adrian y decidió apartarse de la gran pantalla, hasta que, en 1957, reapareció en el film Bernardine (Henry Levin, 1957), pero, en aquel momento, su Hollywood, el que había conocido y el que le había aplaudido, ya no era el mismo.
Filmografía
Cupid's Rustler (Francis Ford, 1924)
Young Ideas (Robert F. Hill, 1924)
All Wet (Leo McCarey, 1924) (cortometraje)
The Haunted Honeymoon (Fred Guiol y Ted Wilde, 1925) (cortometraje)
El peligro de la inocencia (Dangerous Innocence; William A. Seiter, 1925)
The Burning Trail (Arthur Rosson, 1925)
Días de colegial (The Plastic Age; Wesley Ruggles, 1925)
Amores de niña (The Teaser; William A. Seiter, 1925)
Ben-Hur (Fred Niblo, 1925)
The Crook Buster (William Wyler, 1925) (cortometraje)
Flaming Flappers (Fred Guiol, 1925) (cortometraje)
A Punch in the Nose (Jay Howe, 1925) (cortometraje)
La represa de la muerte (The Johnstown Flood; Irving Cummings, 1926)
La hoja de trébol (Shamrock Handicap; John Ford, 1926)
The Midnight Kiss (Irving Cummings, 1926)
The Return of Peter Grimm (Victor Schertzinger, 1926)
El séptimo cielo (Seventh Heaven; Frank Borzage, 1927)
Amanecer (Sunrise; Friedrich W. Murnau, 1927)
Se necesitan dos muchachas (Two Girls Wanted; Alfred E. Green, 1927)
El ángel de la calle (Street Angel; Frank Borzage, 1928)
Los cuatro diablos (Four Devils; Friedrich W. Murnau, 1928)
Cristina (Christina; William K. Howard, 1929)
Estrella dichosa (Lucky Star; Frank Borzage, 1929)
Un plato a la americana (Sunny Side Up; David Butler, 1929)
Popurri (Happy Days; Ben Stoloff, 1930)
Alta sociedad (High Society Blues; David Butler, 1930)
Del infierno al odio (The Man Who Came Back; Raoul Walsh, 1930)
Papá piernas largas (Daddy Long Legs; Alfred Santell, 1931)
Marianita (Merely Mary Ann; Henry King, 1931)
Deliciosa (Delicious; David Butler, 1931)
Recién casados (The First Year; William K. Howard, 1932)
Teresita (Tess of the Storm; Alfred Santell, 1932)
La feria de la vida (State Fair; Henry King, 1933)
Adorable (William Dieterle, 1933)
La ciudad de cartón (Cardboard City, Louis King, 1933)
Paddy, lo mejor a falta de un chico (Paddy, the Next Best Thing; Harry Lachman, 1934)
Carolina (Henry King, 1934)
El primer amor (Change of Heart; John G. Blystone, 1934)
La doncella de postín (Servant's Entrance; Frank Lloyd, 1934)
Otra Primavera (One More Spring; Henry King, 1935)
Contrastes (The Farmer Takes a Wife; Victor Fleming, 1935)
Una chica de provincias (Small Town Girl; William A. Wellman, 1936)
Ladies in Love (Edward H. Griffith, 1936)
Ha nacido una estrella (A Star Is Born; William A. Wellman, 1937)
Three Loves Has Nancy (Richard Thorpe, 1938)
Los alegres vividores (The Young in Heart; Richard Wallace, 1938)
Bernadine (Henry Levin, 1957)
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