Desde las épicas La gran jornada (The Big Trail; Raoul Walsh, 1930) y Cimarrón (Wesley Ruggles, 1931) hasta la renovación (revolución) genérica, de la mano de John Ford y La diligencia (Stagecoach, 1939), las producciones adscritas al género del oeste prácticamente quedaron relegadas a subproductos carentes de interés. Sin embargo no todo fue oscuridad en el western de la década de 1930, como confirman, entre otras luminosas aportaciones, Buffalo Bill (The Plaisman, 1936) y Unión Pacífico (Union Pacific, 1938), dos magníficas películas que, aparte de dignificar un género en horas bajas, engloban parte de las características del cine sonoro de Cecil B. DeMille y su intención de mitificar los orígenes de su joven nación desde la combinación de géneros (western, aventuras y melodrama), de hechos y de personajes ficticios y reales -Abraham Lincoln, George A. Custer, "Buffalo" Bill Cody o "Wild" Bill Hicock- que en manos del responsable de Los diez mandamientos (The Ten Commandments, 1923) adquieren un carácter legendario. Esta mitología, presente en The Plaisman, Unión Pacífico, Los inconquistables (Unconquered, 1947) e incluso en Policía montada del Canadá (North West Mounted Police, 1940), se desarrolla en espacios abiertos por donde transitan pioneros, colonizadores, hombres de las llanuras, soldados, villanos y por supuesto tribus indias en pie de guerra, personajes característicos del género que DeMille empleó para crear su propia épica del oeste. Al igual que el folclore y la literatura popular, The Plaisman se decanta por la leyenda que, en el caso de "Buffalo" Bill Cody, adquirió fama más allá de su tierra natal. Como consecuencia, este personaje no era ajeno al imaginario popular internacional, como tampoco lo era el amplio marco geográfico donde se ubica el género hollywoodiense por excelencia. Pero, si bien el público conocía el nombre del explorador, no ocurría lo mismo con el de Bill Hickok, de ahí que, en la escena de presentación de "Wild" Bill Hickok (Gary Cooper), el niño (George Ernest) con quien habla no esconda su fascinación por "Buffalo" Bill (James Ellison) y su indiferencia hacia él. El desconocimiento del pequeño podría extrapolarse a los espectadores de países como Bélgica, España o Francia, donde la película se estrenó con los títulos de Une aventure de Buffalo Bill y Buffalo Bill. Más adecuado habría sido titularla "Wild Bill", en honor a su personaje principal, o, como en Argentina, traducir literalmente el título original de esta epopeya que el cineasta dedicó a los aventureros de las llanuras del medio oeste. La confusión o el engaño, si así puedo llamarlo, generado por el título implicaría que el público belga, español o francés que acudía a las salas para disfrutar de una aventura de "Buffalo" Bill, encontrase a Cooper interpretando al otro Bill -la imagen del héroe de DeMille- anteponiendo su deber de pacificar la frontera a sus relaciones personales, ya sea la amistad que le une a Cody o su romance imposible con Calamity Jane (Jean Arthur), el cual no llega a materializarse debido a la prioridad que "Wild" Bill concede al deseo de Lincoln (Frank McGlyan, Sr.) de llevar la paz al oeste. Como en cualquier mitología, el héroe de The Plainsman debe superar diversas pruebas para alcanzar la inmortalidad que, tomando prestado de Bob Dylan, le llegaría llamando a las puertas del cielo. Para ello DeMille englobó la práctica totalidad de las características del western y confirió un romanticismo trágico al deambular de Bill por un territorio donde se ve obligado a enfrentarse a los indios, al villano interpretado por Charles Bickford, a su amigo Cody, quien como él asume su deber antes que sus sentimientos -se aleja de su mujer (Helen Burguess), ajena al medio que para él es su hogar-, a la orden de arresto del general Custer (John Miljan) y finalmente a Jack McCall (Porter Hall), el cobarde que desea la fama a costa de la vida del héroe. Sin embargo, antes de adentrarse en las tierras salvajes, la película se inicia en Washington, a la conclusión de la Guerra de la Secesión, para mostrar a un grupo de políticos e industriales que pretenden seguir enriqueciéndose vendiendo armas a los indios que habitan ese territorio al que poco después acceden los dos Bill y Calamity Jane, tres héroes que deben sacrificar sus intereses personales en beneficio de la pacificación de una época que llega a su final con la muerte del héroe y el nacimiento de su leyenda.
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