Algunos años antes de embarcarse en el ciclo
Ranown,
Boetticher trabajó en la
Universal, estudio para el que realizó nueve producciones, seis de las cuales son westerns. Durante este periodo se alejó de la serie B al realizar producciones medias entre las que destacan
The Cimarron Kid,
Horizontes del Oeste (Horizons West),
Traición en Fort King (Seminola) o
El desertor del Álamo (The Man from the Alamo) (1953), película que llamó la atención de la crítica, y en la que ya aparece un esbozo del antihéroe interpretado por
Scott poco después. Las películas en las que dirigió a
Randolph Scott pasan por ser sus trabajos más reputados; el denominado ciclo Ranown recibe su nombre de la asociación entre el actor y su socio, el productor
Harry Joe Brown, sin embargo, no todos estos maravillosos y sencillos westerns fueron producidos por el sello
Ranown; además la denominación desmerece de alguna manera a
Boetticher, responsable de esta serie de films que debería conocerse como
Boetticher-Scott,
Boettran o
Rancher. Todas ellas se encuadran dentro de la
serie B, de escaso presupuesto y apenas dos semanas de rodaje, pero también le permitieron una libertad creativa de la que no gozó durante su periplo en la
Universal.
Seven Men from Now inicia el ciclo de siete películas que en su mayoría presenta a un individuo solitario y desencantado, marcado por su deseo de vengar la muerte de un ser querido. Entre 1956 y 1960 rueda
Tras la pista de los asesinos,
Buchanan cabalga de nuevo (Buchanan Rides Alone),
Cabalgar en solitario (Ride Lonesome),
Los cautivos (The Tall T),
Cita en Sundown (Decision at Sundown),
Estación comanche (Comanche Station) y
Nacida en el oeste (Westbound), la más atípica dentro de un conjunto que combina fluidez, sencillez y una sequedad que en la mayoría de los casos se desarrolla en paisajes rocosos que semejan padecer la misma soledad que habita en el antihéroe. La figura del cowboy solitario interpretado por
Scott, y su desencanto vital son un claro antecedente de lo que sería el western crepuscular de los sesenta. Pero
Boetticher no solo destacó por sus películas del oeste, en su haber cuenta con dos excelentes ejemplos de cine negro,
El asesino anda suelto (The Killer Is Loose), 1956
) y
La ley del hampa (The Rise and Fall of Legs Diamond, 1960
), las aventuras
Al este de Sumatra (East of Sumatra, 1953
) y
La ciudad bajo el agua (The City Beneath the Sea, 1953
), o películas en las que regresó a una de sus aficiones favoritas:
Santos, el magnífico (The Magniicent Matador, 1955
) o
Arruza, el documental que le llevó diez años dirigir y que se convirtió en la obsesión que marcó el fin de su carrera, que concluiría en 1985 con otro documental,
My Kingdom For...
No hay comentarios:
Publicar un comentario