La admiración que François Truffaut sentía por el cine de Alfred Hitchcock quedó plasmada en las entrevistas que mantuvo con el director inglés en 1962, publicadas posteriormente con el título El cine según Hitchcock, libro donde ambos cineastas charlan sobre las películas que componen la excelente filmografía del realizador británico; pero Truffaut no conforme con esa magnífica aportación fílmico-literaria quiso rendir homenaje al maestro del suspense en La novia vestía de negro (La mariee etait en noir), film repleto de guiños, como el falso culpable o una partitura musical compuesta por Bernard Herrmann. La novia vestía de negro gira en torno a la venganza de una mujer atormentada (Jeanne Moreau); según sus propias palabras muerta en vida desde el asesinato de su esposo, minutos después de concluir la ceremonia nupcial, hecho que se descubre mediante varios flashbacks que se producen a medida que la viuda realiza su venganza. De ese modo se comprende el por qué del comportamiento obsesivo de esta asesina vengadora, ya que desde aquel fatídico día en su mente solo hubo cabida para dos ideas: la primera, morir, no pudo ser y la segunda puede convertirse en realidad varios años después de la tragedia. Julie Kohler por fin ha descubierto a los culpables, cinco individuos que tienen en común su gusto por la caza y por las mujeres, aunque en la actualidad ninguno guarda relación entre sí, ni muestran el menor signo de remordimiento, continuando con sus vidas como si no hubiesen sido responsables de la muerte de un hombre. La decisión de la novia es inquebrantable, incapaz de olvidar su dolor y menos aún su necesidad de venganza, el único motivo que le queda para seguir viviendo. Julie utiliza sus armas de mujer para llegar a sus tres primeras víctimas: Bliss (Claude Rich), a punto de contraer matrimonio, Coral (Michel Bouquet), un tipo solitario, y Rene Morane (Michael Lonsdale), padre de familia con tendencias machistas y vocación política. Los tres sucumben irremediablemente ante los encantos letales de la novia, aunque esta sufre un contratiempo cuando se propone eliminar al cuarto hombre (Daniel Boulanger), arrestado por la policía justo cuando va a consumar su vendetta. Ante tal eventualidad, la vengativa novia decide pasar a su siguiente víctima, quien por momentos parece alguien capaz de provocar el renacimiento de una mujer que solo vive para saciar su sed de sangre, pero sólo es una ilusión, como también lo es el mural que Fergus (Charles Denner) pinta en la pared de su habitación, donde contempla el cuerpo y el rostro de esa viuda negra de la que se ha enamorado. La novia vestía de negro no posee ni suspense, ni el encanto ni la tensión de las mejores películas de Hitchcock, pero eso es algo que Truffaut ni se plantearía, ya que sería consciente de la imposibilidad de emular al maestro del suspense, manteniéndose fiel a su condición de cineasta con personalidad propia, característica común a los miembros de la Nouvelle Vague, quienes desde sus inicios buscaron sus propios universos fílmicos a partir de sus conocimientos cinematográficos.
viernes, 1 de marzo de 2013
La novia vestía de negro (1967)
La admiración que François Truffaut sentía por el cine de Alfred Hitchcock quedó plasmada en las entrevistas que mantuvo con el director inglés en 1962, publicadas posteriormente con el título El cine según Hitchcock, libro donde ambos cineastas charlan sobre las películas que componen la excelente filmografía del realizador británico; pero Truffaut no conforme con esa magnífica aportación fílmico-literaria quiso rendir homenaje al maestro del suspense en La novia vestía de negro (La mariee etait en noir), film repleto de guiños, como el falso culpable o una partitura musical compuesta por Bernard Herrmann. La novia vestía de negro gira en torno a la venganza de una mujer atormentada (Jeanne Moreau); según sus propias palabras muerta en vida desde el asesinato de su esposo, minutos después de concluir la ceremonia nupcial, hecho que se descubre mediante varios flashbacks que se producen a medida que la viuda realiza su venganza. De ese modo se comprende el por qué del comportamiento obsesivo de esta asesina vengadora, ya que desde aquel fatídico día en su mente solo hubo cabida para dos ideas: la primera, morir, no pudo ser y la segunda puede convertirse en realidad varios años después de la tragedia. Julie Kohler por fin ha descubierto a los culpables, cinco individuos que tienen en común su gusto por la caza y por las mujeres, aunque en la actualidad ninguno guarda relación entre sí, ni muestran el menor signo de remordimiento, continuando con sus vidas como si no hubiesen sido responsables de la muerte de un hombre. La decisión de la novia es inquebrantable, incapaz de olvidar su dolor y menos aún su necesidad de venganza, el único motivo que le queda para seguir viviendo. Julie utiliza sus armas de mujer para llegar a sus tres primeras víctimas: Bliss (Claude Rich), a punto de contraer matrimonio, Coral (Michel Bouquet), un tipo solitario, y Rene Morane (Michael Lonsdale), padre de familia con tendencias machistas y vocación política. Los tres sucumben irremediablemente ante los encantos letales de la novia, aunque esta sufre un contratiempo cuando se propone eliminar al cuarto hombre (Daniel Boulanger), arrestado por la policía justo cuando va a consumar su vendetta. Ante tal eventualidad, la vengativa novia decide pasar a su siguiente víctima, quien por momentos parece alguien capaz de provocar el renacimiento de una mujer que solo vive para saciar su sed de sangre, pero sólo es una ilusión, como también lo es el mural que Fergus (Charles Denner) pinta en la pared de su habitación, donde contempla el cuerpo y el rostro de esa viuda negra de la que se ha enamorado. La novia vestía de negro no posee ni suspense, ni el encanto ni la tensión de las mejores películas de Hitchcock, pero eso es algo que Truffaut ni se plantearía, ya que sería consciente de la imposibilidad de emular al maestro del suspense, manteniéndose fiel a su condición de cineasta con personalidad propia, característica común a los miembros de la Nouvelle Vague, quienes desde sus inicios buscaron sus propios universos fílmicos a partir de sus conocimientos cinematográficos.
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