martes, 14 de agosto de 2012

Los contrabandistas de Moonfleet (1955)


Fritz Lang 
dirigió Los contrabandistas de Moonfleet (Moonfleet, 1955) por encargo del productor John Houseman, hecho que provocó ciertas desavenencias y cambios en el film, como la escena final impuesta que no dejó muy contento a Lang. A pesar de esa intervención, Moonfleet es una excelente película de aventuras de corte romántico, sin lugar a dudas un clásico del género, más oscuro de lo que es habitual en el mismo, ya que Fritz Lang pretendía un film maduro, alejado de los típicos productos de aventuras de la MGM. El personaje de Jeremy Fox (Stewart Granger) presenta una clara diferencia con los héroes habituales, ya que él no es un héroe, sino un aventurero egoísta, que se ha encerrado en sí mismo, de quien nunca se puede predecir su comportamiento con respecto al joven huérfano que se presenta ante él con una carta de su difunta madre. Por lo que se deduce de la reacción de Jeremy Fox cuando lee la nota que le entrega el pequeño John Mohune (John Whiteley), se deduce que amaba a la madre del muchacho, sentimiento correspondido por aquella, pero sin ser aceptado por una familia de noble linaje que empleó métodos violentos para impedir la unión de ambos jóvenes; posiblemente aquella terrible experiencia marcó el carácter actual de Fox, convirtiéndole en un hombre ambicioso, sin escrúpulos y también sin sentimientos que no contemplen su lucro personal; sin embargo, el recuerdo de aquella mujer que nunca ha podido olvidar, le lleva a aceptar la compañía de un niño que en primera instancia pretende alejar de Moonfleet, el pequeño pueblo donde domina la nocturnidad que protege a los contrabandistas y que crea una atmósfera romántico-tenebrosa que domina gran parte del film. No sólo los fuera de la ley son personajes sombríos, ya que los nobles también se muestran como gente ruin y canallesca, aspectos que John descubre inmediatamente en Lord Ashwood (George Sanders), con quien Jeremy Fox mantiene un conflicto latente que amenaza con estallar en cualquier momento, a pesar de la propuesta del Lord para formar una lucrativa sociedad. La personalidad de Jeremy Fox le convierte en un ser que no tolera que se cuestione su mando, sus decisiones o su comportamiento, se enfrenta a quien le contradice, al tiempo que se aleja de aquellos que pretenden encontrar un hueco en su corazón, como sería el caso de Mrs. Minton (Viveca Lindfors). La negativa de Fox a amar a Mrs. Minton provoca que ésta, por despecho o desesperación, le denuncie ante las autoridades, provocando la fuga de Fox, en compañía de John, y la búsqueda de un valioso diamante que pretende utilizar para asociarse con Lord Ashwood y esposa (Joan Greenwood), aunque para ello deba deshacerse de su joven acompañante. Los contrabandistas de Moonfleet (Moonfleet) presenta una relación entre un niño y un adulto, que sirve para acercar sus posturas y sus sentimientos, de manera similar a los personajes de La Isla del Tesoro, pero desde una perspectiva más adulta y oscura, impregnada de romanticismo (con influencias de Charles Dickens); lo cual convierte a Moonfleet en un film de gran calado emocional, en el que la admiración que John siente por Jeremy, se corresponde con la necesidad de éste por no defraudar las expectativas que el pequeño se ha hecho al respecto de su amistad, que bien podría considerarse una relación paterno-filial que marca el comportamiento de ambos.

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