jueves, 17 de mayo de 2012

Ciudad en sombras (1950)



El primer protagonista de Charlton Heston fue en esta producción de cine negro dirigida por William Dieterle, en la que da vida a un hombre incapaz de superar el pasado que le ha convertido en el tipo frío y cínico que parece ser mientras su vida no peligra. Ciudad en sombras (Dark City, 1950) arranca en los bajos fondos de una ciudad sin nombre, por donde Danny Hayle (Charlton Heston) deambula sin saber hacia dónde se dirige su vida. Dicha desorientación imposibilita su relación con Fran (Lizabeth Scott), la cantante que lo dejaría todo, si él se lo pidiera. Pero Danny Hayle no muestra el menor sentimiento positivo, tampoco negativo, más bien se encontraría en el límite que separa ambos opuestos, aunque el local de juego que dirige con sus socios, Augie (Jack Webb) y Barney (Ed Begley), parece acercarle más al segundo polo, sobre todo tras la redada policial. El cierre del garito de apuestas le convence para marcharse de la ciudad, pero necesita dinero y la oportunidad se le presenta cuando observa en la cartera de un desconocido un cheque por valor de 5000 dólares. Arthur Winant (Don DeFore) acepta la propuesta de jugar una partida, ¿Por qué no, si no tiene nada mejor que hacer? Concluida la timba, Arhur sonríe confiado, creyendo que ha desplumado a sus rivales; sin embargo no ha sido la diosa fortuna la que le ha permitido ganarles, sino unos tahúres profesionales que pretenden que se confíe para que acepte la revancha. El titular del periódico marca un giro inesperado al informar del ahorcamiento de un desconocido en la habitación del hotel donde se alojaba. Danny sabe de quien se trata, como también es consciente de su culpabilidad en el suicidio de Arthur, pero  calma su conciencia con las siguientes preguntas: ¿quién le obligó a jugar? ¿quién le mandó apostar los cinco mil dólares que no le pertenecían? Además, dice Danny, dirigiéndose a Fran: se mostraba feliz cuando ganaba el dinero de otros. Ciudad en sombras (Dark City) se convierte en un thriller cuando asoma la amenaza de un hombre a quien nunca se ve, salvo el anillo que luce en uno de sus dedos, un individuo sin rostro, pero que sí conoce el de los jugadores que empujaron a su hermano al suicidio. A pesar de las advertencias del capitán Garvey (Dean Jagger), Danny no se muestra dispuesto a cooperar con la policía en la captura de un hombre que ya ha eliminado a uno de sus socios. Las circunstancias marcan las decisiones de Danny; no soporta a Augie, pero sus destinos se encuentran unidos por el timo y la amenaza, por eso ambos acuden a Los Ángeles, donde pretenden encontrar alguna pista que les permita descubrir el rostro del hombre que pretende darles muerte. En la ciudad californiana vive la viuda de Winant, Victoria (Viveca Lindfors), una mujer que inicialmente se muestra reticente a colaborar con quien dice ser un agente de seguros, pero que finalmente colabora con Danny Hayle, llegando a intimar hasta el punto de que éste recupera parte de su conciencia dormida y confiesa que fue él quien timó a su marido. Durante todo el metraje se percibe un ambiente turbio, tanto en el exterior como dentro de Hayle, uno de esos hombres marcados por la guerra en la que han participado, un individuo que no puede asumir decisiones que afecten a otros, porque rehuye cualquier compromiso sentimental, hecho que afecta a de manera contundente a la cantante que no puede más que esperar, consciente de que el hombre a quien ama no le corresponde, al menos no mientras se esconda tras esa capa de rudeza.

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