lunes, 9 de septiembre de 2013

Su juego favorito (1964)


En su última comedia Howard Hawks retomó algunas de las características de sus anteriores incursiones en el género, presentando una vez más la atracción-rechazo que se produce entre un hombre y una mujer, en una relación en la que el primero se convierte en la víctima del comportamiento de la segunda, el cual pone en peligro la cotidianidad y el estatus de un individuo sometido a una humillación constante, superando en este aspecto a la sufrida por el personaje encarnado por Cary Grant en La fiera de mi niña (Bringing Up Baby, 1938), película con la que Su juego favorito (Man's Favorite Sport?) guarda una más que evidente relación. Si se hace caso de aquello estipulado por la sociedad a la que pertenece, se podría afirmar que Roger Willoughby (Rock Hudson) es un triunfador seguro de sí mismo, convencido de su posición en la vida, satisfecho por tener un buen empleo, el respeto de sus clientes y una novia elegante y guapa con la que pretende contraer matrimonio. Sin embargo, su acomodada cotidianidad sufre un vuelco a raíz de su encuentro fortuito con Abigail Page (Paula Prentiss), instante que presagia la catástrofe que se cierne sobre el orden establecido por Roger, aunque éste todavía no se imagina el nuevo rumbo que tomará su existencia como consecuencia de la irrupción de la desconocida, que convence al dueño de los almacenes Cadwalader (John McGiver) para que obligue a su empleado estrella a participar en un concurso de pesca como reclamo para atraer turistas al hotel del padre de su amiga "Easy" (Maria Perschy). Los clientes de Willoughby le consideran una eminencia en el arte de la pesca, no en vano es el autor de Fishing Made Simple, el reputado manual del deporte de la caña que para muchos es el libro definitivo sobre el tema. Sin embargo, existe un pequeño inconveniente, Roger no tiene ni idea de cómo se pesca, realidad que le obliga a sincerarse con Abigail y "Easy" para que se olviden de su desacertada propuesta. Pero de nada le sirven las quejas o las negativas, ni siquiera su confesión en una sala repleta de máquinas musicales tras las que intenta ocultar su vergüenza. Pero por mucho que se empeña en hacerles comprender que no es el hombre adecuado, ya que, a parte de no saber pescar, siente repulsión por los peces, Abigail se las ingenia para salirse con la suya y meterle de lleno en el aprieto en que se juega su empleo, su prestigio y su relación sentimental con Tex Connors (Charlene Holt). Su juego favorito, una de las mejores comedias hollywoodienses de la década de los sesenta, cerró brillantemente el periplo cómico de Hawks; en ella dominan la situaciones hilarantes, muchas de las cuales resultan catastróficas para el inexperto, que debe aprender a pescar mientras sufre las consecuencias de su intento. Algunas de las secuencias encuentran su origen en otras producciones hawksianas, aunque se aprecia un intento de llevarlas más allá, como sucede en la escena en la que la cremallera del vestido de "Easy" se rompe, y Roger se ve en la obligación de emular la técnica empleada por el paleontólogo de La fiera de mi niña, pero ampliada hasta un final que le evidencia ante su prometida. Y al igual que en aquella obra maestra de la screwball comedý, aunque en ésta el ritmo resulta más pausado, el desastre adquiere formas de mujer, pues siempre que Abigail se presenta en pantalla, Willoughby sufre las consecuencias de saberse indefenso ante un ciclón femenino que inicialmente le genera rechazo, pero, entre humillación y humillación, inevitablemente se convierte en atracción; quizá porque el contacto con la joven le despierta del letargo en el que se encontraba sumido hasta que se cruzaron sus caminos.

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