miércoles, 17 de julio de 2013

Looper (2012)


Los viajes temporales son constantes dentro de la ciencia-ficción, Un yanky en la corte del rey ArturoEl tiempo en sus manos, El muelleTerminator, Regreso al futuroDoce Monos y muchas otras así lo confirman; entonces ¿por qué dudar de las palabras de Joe (Joseph Gordon Levitt) cuando dice que <<los viajes en el tiempo todavía no existen, pero dentro de treinta años sí existirán>>? Con su negación-afirmación, Joe introduce un aspecto fundamental de la historia que protagoniza, aquélla en la que se le descubre ejecutando a un hombre que, como se comprende después de su presentación, proviene de un futuro donde para deshacerse de un cuerpo lo envían al pasado de 2044, en el que los looper como él se encargan de ejecutarlo. Este asesino de seres inexistentes en su presente se descubre como un amoral adicto a las drogas, a quien solo le importa su plata y la posibilidad de largarse de una ciudad donde la violencia, la miseria y el vacío forman parte intrínseca de la misma. A medida que Looper avanza, su trama futurista pierde interés en beneficio del intimismo que se descubre en su segunda parte, cuando Joe se enfrenta a sí mismo y a la decisión de qué hacer con su vida, si es que sobrevive a ese vacío existencial que genera su insatisfacción vital. Inicialmente no busca ningún cambio, no obstante, éste se produce cuando debe cerrar su bucle, que implica matar a su yo futuro, el mismo que se presenta por sorpresa, provocando esos segundos de duda que permiten que su imagen envejecida escape. Dicha circunstancia impediría el futuro que se descubre cuando sí la elimina, dando pie a una vertiginosa sucesión de imágenes que desvela su vida futura, que no sería más que una prolongación lógica de la presente, ya que la violencia, las drogas y el vacío continúan en su día a día hasta la aparición de esa mujer que llena el espacio sombrío que habita en él. Las breves escenas que se desarrollan a lo largo de los años ayudan a comprender el por qué de la obsesión del personaje encarnado por Bruce Willis por acabar con un niño que en su presente se ha convertido en el hombre responsable de la muerte de su esposa. De modo que, para evitar la pérdida del ser querido, el Joe cincuentón viaja al pasado, donde aguarda su yo juvenil para darle pasaporte, pero sin saber que es a sí mismo a quien debe matar, lo cual provoca la sorpresa que el maduro aprovecha para escapar y proseguir con su obsesivo empeño. Esta nueva e inesperada realidad obliga al looper a perseguirse para poder recuperar su vida insustancial; no obstante, su encuentro con el Joe interpretado por Willis provoca el cara a cara entre dos personas que son la misma, aunque innegablemente diferentes, pues el viajero temporal posee recuerdos y pensamientos que su imagen del 2044 ni ha experimentado ni se ha planteado. La conversación que mantienen en la cafetería marca el inicio del cambio en el pensamiento del asesino a sueldo, que se confirma poco después, cuando, gracias a su contacto con Sara (Emily Blunt) y con el hijo de ésta (Pierce Gagnon), comprende aspectos que le permiten su toma de conciencia, que conlleva la única elección correcta de una vida incorrecta, la de no convertirse en ese hombre desesperado que dice ser él.

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