jueves, 6 de junio de 2013

Flecha rota (1950)



Además de ser el primer western filmado por 
Anthony MannLa puerta del diablo (Devil's Doorway, 1950) fue el primer western que revindicó la figura del nativo norteamericano como protagonista, hasta entonces relegado a un papel secundario en el que siempre le tocaba ejercer de villano, sin que se ofreciese ningún tipo de explicación para sus continuos ataques a colonos o a destacamentos del ejército. Si bien Mann se centró en un solo individuo, que había servido como militar, otro grande del género, Delmer Daves, intentó en Flecha rota (Broken Arrow, 1950) generalizar y mostrar al nativo norteamericano dentro de su comunidad, de tal manera que pudo acercar al espectador parte de las costumbres y explicar el por qué de su conflicto con el hombre blanco y la colonización que este estaba llevando a cabo. Así pues, años antes de Yuma (Run of the Arrow, Samuel Fuller, 1957)El gran combate (Cheyenne Autum, John Ford, 1964) o la muy posterior Bailando con lobos (Dance with Wolves, Kevin Costner, 1990), Flecha rota (Browken Arrow, 1950) ya transcurre en buena parte de su metraje dentro de un poblado habitado por estas víctimas de la colonización. Desde ese espacio Daves intentó dignificar la maltrecha imagen fomentada en anteriores producciones del género. La perspectiva partidista empleada por el cineasta pretendía ofrecer veracidad, así lo afirma el solitario Jeffords (James Stewart), cuya voz en off introduce la historia, aquella que le permitió conocer a Cochise (Jeff Chandler), el jefe de los Apaches.


En 1870, en el territorio de Arizona, los apaches y el ejército estadounidense mantienen una lucha encarnizada en la que Jeffords no participa. Él se dedica a la búsqueda de oro, y en su deambular por territorio indio descubre a un joven apache moribundo, a quien sin saber por qué cuida hasta que aquél se recupera y propicia su contacto con un grupo de nativos en quienes descubre sentimientos y honor. Hasta ese instante el solitario ex-militar pensaría como la mayoría de los suyos, convencido de que el piel roja no sería más que un salvaje sediento de sangre, sin embargo, gracias al encuentro, comprende que solo luchan para defender su hogar, sus tradiciones o sus propias vidas. Dicho descubrimiento le impulsa a querer conocer las costumbres y a perfeccionar su capacidad de comunicación con aquéllos, con la firme intención de reunirse con Cochise y proponer un primer gesto de paz. El jefe tribal se presenta como un líder sin tacha, preocupado por su pueblo, que antepone su palabra por encima de sus sentimientos; además, admira el valor, la sinceridad y el honor que observa en el extraño que, a riesgo de su vida, se presenta en su poblado. La aceptación y admiración mutua desencadenan varias circunstancias, una de ellas podría ser el acercamiento entre dos mundos distintos, y otra el nacimiento del amor entre el rostro pálido y la joven apache a quien llaman Soonseeahray (
Debra Paget). No obstante, el amor y la paz se encuentran amenazados por los prejuicios existentes en ambos bandos, sobre todo en el hombre civilizado, pues en éstos se observa un odio irracional que se basa en la ignorancia, en una inexistente superioridad moral o en la intolerancia hacia aquellas gentes que no poseen sus costumbres. Flecha rota también fue el primer western rodado por Delmer Daves, pero este se muestra más irregular que el debut de Mann en el género que le dio fama; quizá porque sus personajes carecen del interés que sí se descubre en otros de sus westerns: El tren de las tres y diez, El árbol del ahorcado o La ley del talión; sin embargo, no se puede olvidar la valentía de enfocar la historia desde un punto de vista que rompía con la imagen del indio como un ser violento y salvaje.

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