jueves, 16 de mayo de 2013

Harry el fuerte (1973)


Harry Callahan es hasta la fecha uno de los personajes cinematográficos que durante más tiempo ha interpretado un actor, diecisiete años desde Harry el sucio (Dirty Harry, 1971) hasta La lista negra (The Dead Pool, 1988), lo cual habla de la implicación de Clint Eastwood en los proyectos relacionados con este expeditivo policía de San Francisco. De hecho el actor, productor y director colaboró en los guiones y dirigió Impacto súbito (Sudden Impact, 1983), el cuarto film de los cinco que interpretó. Pero, a pesar de ser uno de los personajes favoritos del actor y del público, Harry recibió duras críticas por parte de algunos sectores sociales cuando se estrenó Harry el sucio (Dirty Harry), pues no se tardó en decir que el inspector poseía connotaciones fascistas, cuestión que no deja de ser una opinión, y como tal discutible. Menos discutible sería el comportamiento de los miembros del escuadrón de la muerte contra quienes se enfrenta Callahan en su segunda aparición cinematográfica, durante la cual el propio Harry deja claro que el sistema al que representa es imperfecto, pero hasta la aparición de alguien que impulse un cambio a mejor piensa mantenerse dentro del mismo, haciendo respetar la ley desde su particular perspectiva, que a pesar de ser expeditiva no traspasa el límite de lo legal, como sí ocurre con los métodos empleados por el grupo de policías que se erige en jurado, juez y verdugo. La segunda entrega de la saga era cuestión de tiempo después del gran éxito obtenido por Harry el sucio (Dirty Harry), sin embargo la dirección no corrió a cargo de Donald Siegel, sino de un realizador de menor personalidad cinematográfica: Ted Post, con quien el actor ya había trabajado en la recomendable Cometieron dos errores (Hang'em High, 1968). Quizá por ello, Harry el fuerte (Magnum Force, 1973) se encuentra por debajo de su predecesora, no obstante resulta un policíaco atractivo que no defrauda en aquello que propone, pues mantiene intacta la personalidad de un agente de la ley que no ha cambiado su manera de entender el entorno por el cual transita; no obstante existen aspectos de su vida profesional que sí lo han hecho, como sería la presencia de un nuevo compañero o su alejamiento forzoso del departamento de homicidios tras la intervención del teniente Briggs (Hal Holbrook). Sin embargo a Harry parece no preocuparle su nueva situación laboral, pues él decide cómo debe realizar su cometido, por eso no duda en iniciar su propia investigación a raíz del asesinato de un criminal a quien un juez acababa de poner el libertad. Gracias a este tipo de películas, Clint Eastwood se convirtió en el tipo duro por excelencia de los años setenta, cuestión que le valió el rechazo de buena parte de la crítica, aunque también le sirvió para alcanzar una posición privilegiada dentro de la industria cinematográfica, estatus que le permitiría continuar con su carrera de director, iniciada en 1971 con Escalofrío en la noche (Play Misty for Me, 1971), y convertirse en una de las figuras más sobresalientes del cine estadounidense de las últimas décadas, porque de lo que no hay duda es de que Eastwood tuvo la inteligencia suficiente para aprender, evolucionar y materializar su propia perspectiva artística.

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