jueves, 10 de enero de 2013

Un verano con Mónica (1952)


Con las magistrales El séptimo sello (1957) y Fresas salvajes (1957), Ingmar Bergman se convirtió en uno de los grandes referentes cinematográficos del cine mundial, no obstante el director sueco ya había dirigido dieciséis películas. Un verano con Mónica (Sommaren med Monika, 1952) pertenece a ese periodo anterior a su consagración internacional y se desarrolla en tres tiempos: la cotidianidad en un entorno de desheredados donde viven atrapados Mónica (Harriet Andersson) y Harry (Lars Ekberg), la idílica escapada por las islas y el fracaso del amor a su regreso a Estocolmo. Mónica se revela ante una existencia precaria, condicionada por la carestía que asoma en su hogar, donde vive con su familia, y en su trabajo en la pescadería, aferrada a la idea de tener un novio formal como Harry, con quien se fuga durante un paréntesis estival rebosante de erotismo y vida. El muchacho se muestra ingenuo, responsable y enamorado; su personalidad choca con la de su compañera, mucho más impulsiva y vivaz, pero ambos tienen en común ese presente donde se encuentran atrapados. Como acto de inconformismo navegan por las aguas que bañan las islas de Estocolmo, disfrutando de un verano en el que todo semeja maravilloso, sin ser conscientes de que la estación avanza y el final se aproxima. Un verano con Mónica posee un ritmo narrativo distinto a posteriores obras maestras del cineasta sueco, apenas asoman los planos largos, ni simbolismos que expresen el estado de ánimo de sus personajes, ya que sus emociones se muestran visibles desde el primer instante, permitiendo comprender la evolución de los dos jóvenes, cuyos caminos se funden durante gran parte de un idílico crucero que concluye hacia el final del estío, como también lo hace su sueño de juventud, al que Mónica no quiere renegar a pesar de su embarazo y de su matrimonio con Harry cuando regresan a la ciudad donde se confirma la imposibilidad de un amor que no tiene cabida dentro de un entorno precario anterior al estado de bienestar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario