viernes, 11 de enero de 2013

El criminal (1960)

Al igual que otros cineastas estadounidenses de la época Joseph Losey sufrió las consecuencias del mccarthismo, exiliándose en 1952 en Inglaterra donde, durante los años que siguieron, apenas encontró trabajo, salvo en tres películas que rodó utilizando seudónimos. Con La clave del enigma (Blind Date) (1959) volvió a firmar con su nombre y a partir de ese instante se inició su mejor periodo británico, tras este título, el primero de los tres consecutivos con Stanley Baker de protagonista, filmó El criminal (The Criminal), la que se puede considerar su primera gran película inglesa, en la que realizó un excelente ejercicio de estilo para desarrollar un microcosmos de delincuencia donde Johnny Bannion (Stanley Baker) parece desenvolverse a la perfección. Bannion se descubre como un pez gordo dentro de una pecera de presos, de la que sale por buen comportamiento, aunque consciente de que no desea corregir el rumbo de su vida, ya que durante su estancia en presidio ha planeado un nuevo golpe, y así se lo hace saber a Mike Carter (Sam Wanamaker) cuando se encuentra con él delante de la puerta del correccional. El periodo de libertad permite comprobar como Johnny desprecia a su antigua amante (Jill Bennett) antes de iniciar su relación con Suzanne (Margit Saad), de quien se enamora y con quien espera compartir el éxito del robo que realiza fuera de campo. A la espera de que el asunto se enfríe decide enterrar las 40.000 libras esterlinas en un descampado, para así evitar levantar sospechas; sin embargo, no ha tenido en cuenta la delación de su ex ni la llamada que un desconocido realiza a la policía. Y sin poder evitarlo es devuelto al lugar de donde salió, pero ahora con la etiqueta de ser el único que conoce el paradero del botín, lo cual conlleva la presión de los carceleros para que confiese y de Frank Saffron (Gregoire Aslan), el capo de los presos a quien pide que organice su fuga cuando comprende que alguien cercano le ha traicionado. El criminal (The Criminal) se desarrolla en parte dentro del universo carcelario donde Johnny Bannion es respetado (temido) por sus compañeros, aunque al igual que le ocurre fuera de los muros comete el error de creer controlar la situación sin detenerse a pensar en que él no es el único que tiene un plan, así pues se convierte en víctima de su confianza en sí mismo, la cual le impide comprender que está siendo manipulado, incluso dentro de ese correccional al que regresa, donde se produce un motín para que pueda evadirse y encontrarse cara a cara con su destino.

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