jueves, 16 de febrero de 2012

Defensa (1972)



Un fin de semana en la naturaleza puede ser una promesa de aventura y diversión; y más aún si se trata de descender un río salvaje apunto de desaparecer como consecuencia de la construcción de una presa que acabará con su encanto. Para unos hombres de ciudad ésta puede ser una experiencia única, la que les proporcione esa sensación de libertad de la que carecen en sus vidas urbanas. El paisaje que les rodea semeja apacible e idílico, confirmando que Lewis (Burt Reynolds) ha acertado de pleno al proponer una excursión que él enfoca como un acto de rebeldía y de supervivencia. La personalidad de Lewis choca desde el primer instante con las de sus acompañantes, ya sea Ed (Jon Voight) (incapaz de matar con su arco a un cervatillo), Drew (Ronny Cox) (siempre dispuesto para tocar su guitarra) o Bobby (Ned Beatty) (a primera vista el menos preparado para descender el Cahulawassee). El viaje comienza apaciblemente hasta que se presentan unos rápidos que superan con éxito, cuestión que les confiere una sensación de plenitud y fuerza como nunca antes habían sentido; si se exceptúa a Lewis, quien siempre anda a la procura de la sensación que le aparte de un sistema que no le convence. Defensa (Deliverance, 1972) muestra un espacio abierto que enfrenta al medio natural con la civilización que representan Ed y compañía, permitiendo que las dudas y los miedos surjan durante un descenso que se convierte en una pesadilla asfixiante de la que no pueden despertar. Ed y Bobby descubren que existen otros peligros además de los naturales cuando, por casualidad, tropiezan con dos habitantes de ese inhóspito hábitat, produciéndose un tenso intercambio dialéctico antes de que los dos individuos humillen y agredan sexualmente a Bobby. Ed no puede hacer más que contemplar horrorizado la escena desde el árbol al que le han atado, a la espera de ser la siguiente víctima o de que se produzca un milagro que les salve de la vejación y de una muerte casi segura. Ese instante de salvación se produce con la aparición de Lewis y la muerte de uno de los agresores; sin embargo, al observar el cuerpo sin vida no tarda en producirse una lucha entre las costumbres civilizadas que rigen la vida urbana (Drew) y el instinto de supervivencia que surge dentro de una naturaleza hostil y mortal (Lewis). John Boorman planteó un thriller psicológico en el que, tras la tensa votación en la que se acepta la propuesta de Lewis para ocultar el cadáver, continúan con un descenso que nada tendría que ver con el que habían realizado hasta aquel fatídico instante en el que el terror se apoderó de sus mentes, convirtiéndoles en animales acorralados que luchan por su supervivencia ante la posible amenaza de un hombre que les sigue para darles caza. Defensa (Deliverance) impacta tanto visual como emocionalmente, incluso musicalmente. Sus imágenes ofrecen un paraíso natural condenado a desaparecer ante la civilización que representan los cuatro amigos, quienes, pretendiendo entrar en contacto con ella, se descubren atrapados dentro de las aguas de un río que desata su peor pesadilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario